Inicio agridulce de la Feria de Otoño en Madrid

La Feria de Otoño deja un sabor agridulce para los aficionados tras los primeros cuatro festejos. Estos se han visto marcados sobre todo por la poca casta y juego de los toros , el triunfo de Emilio de Justo y la oreja de Victor Hernández han logrado rescatar este inicio de feria.

La feria comenzaba con una novillada que ofrecía entusiasmo y juventud con novillos de Antonio López Gibaja para Sergio Sanchez, Emiliano Osornio e Ignacio Candelas. No obstante, la realidad del ruedo dejó más tristezas que alegrías. Los novillos mostraron falta de transmisión, casi sin recorrido y sin fuerza. Solo uno de ellos demostró un poco de vigor en el caballo, pero no de manera sostenida. Emiliano Osornio fue el más sobresaliente entre los novilleros. Mientras que la entrega y el entusiasmo del novillero eran notables, la colaboración de los astados  fue escasa. Aunque la calidad del espectáculo disminuyó, el público alentó el comienzo de la temporada con un llenazo.

El día 3 de octubre se presentaba una corrida de máxima expectación con toros de Victoriano del Río y Cortés para los diestros Emilio de Justo, Borja Jiménez y Tomás Rufo. La corrida se presentaba bien, los toros, exceptuando el primero de ellos tuvieron buen juego. Emilio de Justo fue herido en su primer toro, el cual estoqueó Borja Jiménez. Borja Jiménez estuvo bien con el primer toro de su lote, firmando buenas series por los dos pitones del toro, sin embargo, falló con el acero, lo que le privó del premio. Tomás Rufo pasó sin pena ni gloria en una tarde donde su lote era para algo más. Emilio de Justo salió para estoquear al último toro de la tarde tras haber sido atendido en la enfermería. Con dos costillas rotas, el diestro extremeño tiró la ayuda y toreó con el clasicismo que le caracteriza al natural por los dos pitones del toro. Tras una estocada aparentemente baja, el presidente le concedió las dos orejas, abriendo así su quinta Puerta Grande en Madrid.

El día 4 de octubre se presentaba también como un gran cartel con toros de Domingo Hernández para Talavante, Pablo Aguado y Jarocho (que confirmaba) alternativa. Tras abrir la Puerta Grande de Las Ventas como novillero, el público estaba expectante ante la confirmación de Jarocho. Sin embargo, la tarde no fue sino todo lo contrario a lo esperado. Los toros no ayudaron a los matadores, salieron sin fuerza, con un juego prácticamente nulo, tanto así que uno tuvo que ser devuelto a los corrales. Tal fue la mala calidad del ganado y lo poco que hicieron los toreros que se calificó la tarde del sábado como un «petardazo».

El domingo 5 de octubre estaban acartelados Uceda Leal, Fortes y Victor Hernández con toros de Fuente Ymbro, El Puerto de San Lorenzo y La Ventana del puerto. Una tarde donde Uceda Leal mostró el clasicismo de su toreo, Fortes se jugó la vida y Victor Hernández firmó una oreja de peso en una faena para el recuerdo. Comenzó Victor Hernández toreando por estuarios tras brindar el toro al padre de José Tomás, con el que cada vez más se le compara por su forma de entender el toreo. Madrid se rindió al toreo de Victor Hérnandez al natural, dando siempre el pecho al toro y rematando cada pase por detrás de la cadera y por debajo de la pala del pitón. Un toreo propio de una figura del toreo que después de lo que bordó en la tarde del domingo, merece más reconocimiento. Lamentablemente, fue herido en un quite al quinto toro, lo que le impidió continuar con la lidia.

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