Amira Jaouhari y Mariagabriela Martín
Un Merkelista, es una persona hábil, pasiva y certera, adjetivos que describen a la Canciller Alemana como una persona sobria. Sus discursos se caracterizan por la ausencia de carisma y la manera pausada de hablar, lo cual contribuyó a que la población empezará a bromear que, Merkel estaba logrando que los votantes se durmieran, y por eso entre los años 2009-2013 la cantidad de votantes fueron mínimos. Se puede decir que el Merkelismo es una forma de hacer política con vacilación, sin demostraciones innecesarias de fuerza ni conflictos directos, pero que, al final del día, logra sus objetivos.
En sus largos 16 años de Canciller, Merkel enfrentó varias complicaciones, como la crisis financiera del 2008, los problemas con la Unión Europea, las olas migratorias y el Covid-19. Sin embargo, lo que la diferencia de los demás ha sido su forma de manejar los problemas y sus respuestas, demostrando una gran capacidad de liderazgo, que consecuentemente, produjo la utilización de Merkel como un verbo y el Merkelismo como alguien que tiene una fuerte opinión sobre un tema en específico.
Otro de los apodos impuestos a Merkel ha sido el de Mutti, madre en alemán, aquella que hace desaparecer los problemas, solucionar todo de la mejor manera y proteger a su población, sin embargo, varios políticos han tomado este apodo de mala manera ya que, como comentó Neugebauer, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Berlín, en el presente año: “Por lo general son hombres que la llaman ‘Mutti’ y no es justo, porque ella es mucho más que eso. Es una líder extremadamente exitosa, con mucha experiencia“.
Entre los logros de Merkel en sus casi 16 años como cabeza de Alemania están: la implementación de la política Energiewende que está enfocada en el uso de energía renovables (solar y eólica), la gestión de una de las crisis migratorias más complicadas desde la Segunda Guerra Mundial, siendo Alemania el principal receptor, con alrededor de 476.000 solicitudes de asilo, es decir, alrededor del 36,6% según los datos aportados por Eurostat.
Su vida…
Nacida el 17 de Julio de 1954, en la República Federal de Alemania (RFA), pero creciendo en República Democrática de Alemania, Angela Merkel se convertiría en la Canciller durante más tiempo en el poder. Su padre, Horst Kasner fue reverendo luterano evangélico, lo cual además de explicar su traslado de índole pastoral de un estado democrático y libre a uno socialista/comunista, también nos explica la importancia que tiene el papel religioso en su vida, quien cuando era joven a pesar de que la RDA era rígidamente aconfesional hizo la confirmación religiosa en lugar de la Jugendweihe (un rito establecido por el gobierno que simbolizaba el paso a la adultez de un joven), corriendo entonces el riesgo de sufrir adversidades educativas y laborales además de discriminaciones solo por ser practicante religiosa. A su madre Herlind Kasner, esta discriminación le costó su docencia como profesora de latín e inglés en la RFA.
El desinterés político de la familia Kasner, sumado tanto a su origen como a su fuerte apego religioso, creaba un ambiente de miedo que la Stasi (Ministerio de Seguridad) aprovechó para tomar acciones contra ellos. Esto dio fruto a que Angela comenzará su trayectoria política en las Juventudes de Alemanes Libres, conducidas por el Partido de la Unificación Socialista Alemana, y que posteriormente, completará sus estudios de Física en la Universidad Karl Marx de Leipzig.
El primer partido político al que se afilió antes de su cancillería, fue a Despertar Democrático, realizando las labores de Secretaria de Prensa. Participó en la Mesa Redonda de la Unión del RFA, y fue reclutada para el Gabinete como Portavoz del Primer Ministro, lo que la dio a conocer en el panorama político alemán. En 1991, se convirtió en Vicepresidente Federal de la CDU y tras unos años, en 2005 se vuelve la primera Canciller de Alemania.
A pesar de sus innumerables logros, obtuvo muchas críticas durante su gobierno, debido a su política de puertas abiertas. Asimismo, su popularidad se vio afectada por sus problemas de salud, que angustiaron a la población. Sin embargo, siempre ha velado primero por los intereses internos de su país. Según Neugebauer, la idea fue: “No vamos a dar dinero a países que no pueden controlar sus cuentas, ahorrar y generar empleo”. Si hay algo que no se puede criticar de su gobierno es que siempre ha puesto tanto a los alemanes como a su economía por delante.
Para finalizar, cabe señalar que, durante la pandemia, los discursos de Merkel se han hecho más emotivos y gracias a ello, su popularidad empezó a aumentar progresivamente. Lo que está meridianamente claro es que será difícil encontrar un reemplazo similar, ya sea tanto en Alemania como en Europa, de la grandísima Angela Merkel.