Julio Esteban Jimenez Mercado, 29 de Abril
El masivo corte de luz que dejó a millones sin suministro eléctrico este lunes paralizó la actividad en cientos de supermercados a lo largo del país. Con estanterías vacías, largas colas y cierres forzosos, cadenas como DIA, Ahorramás y Mercadona enfrentaron una jornada caótica, mientras los ciudadanos se agolpaban en busca de productos básicos como agua y alimentos no perecederos.
El apagón, que comenzó poco después del mediodía, obligó a muchas cadenas a cerrar sus puertas al quedarse sin sistemas informáticos, refrigeración y luz en los establecimientos. Mientras algunas como Mercadona y El Corte Inglés lograron mantener parte de su operativa gracias a generadores de emergencia, otras, como DIA y Ahorramás, anunciaron el cierre temporal de hasta la mitad de sus tiendas. En zonas como Madrid, Valencia y Sevilla, se registraron largas colas en los accesos a los pocos comercios que seguían funcionando, lo que generó momentos de tensión entre los clientes ante el temor a un desabastecimiento prolongado.
Cola interminable en Bonpreu, uno de los supermercados abiertos durante el apagón / TEO CAMINO
Pese al caos generalizado, algunas cadenas lograron amortiguar el impacto del apagón gracias a sistemas de energía autónoma. Mercados como El Corte Inglés, Alcampo y algunos centros logísticos de Mercadona pudieron continuar operando gracias a generadores eléctricos instalados previamente para emergencias.
Sin embargo, las tiendas pequeñas, como quioscos, bazares o locales de frutos secos, se vieron obligadas a operar sin suministro eléctrico. Muchos de estos pequeños comerciantes continuaron trabajando a oscuras, atendiendo a los clientes con linternas o aprovechando la luz natural mientras duró el día. Al carecer de generadores o sistemas de respaldo, no pudieron conservar productos refrigerados ni utilizar datáfonos, lo que les obligó a aceptar solo pagos en efectivo.
Bazares y quioscos afectados por el apagón / JORDI OTIX
Este lunes 28 de abril hubo caos en las redes sociales también, en donde los usuarios compartieron imágenes y videos de estanterías vacías y largas colas en supermercados, lo que generó una sensación de urgencia y pánico colectivo. Por ejemplo, un video viral en TikTok mostró una tienda de Mercadona en Madrid con carritos llenos y productos esenciales agotados, lo que llevó a muchos a acudir en masa a los establecimientos, temiendo quedarse sin suministros básicos. Sin embargo, algunos usuarios criticaron la actitud alarmista, calificando la situación de exagerada y señalando que el verdadero beneficiado era el presidente de Mercadona.
Además, las redes sociales sirvieron como plataforma para que los consumidores compartieran sus experiencias y opiniones sobre la gestión de los supermercados durante la crisis. Este flujo constante de información contribuyó a la presión sobre las cadenas de distribución, que se vieron obligadas a comunicar rápidamente sus medidas de respuesta y a implementar estrategias para restablecer la confianza del consumidor.
En resumen, las redes sociales no solo actuaron como medios de comunicación durante el apagón, sino que también moldearon las decisiones de compra y el comportamiento de los consumidores, demostrando su creciente influencia en situaciones de crisis.