Crisis alérgica en España: La mayor incidencia de polen en años

Sofía María Pizarro Muñoz

España atraviesa la mayor oleada de alergia primaveral en años durante la última semana de mayo del 2025, afectando millones de personas y más de treinta provincias en alerta roja por niveles extremos de polen a causa de las altas temperaturas y la sequedad del aire.

El mapa que señala las provincias con más alerta de alergia primaveral / El tiempo.

La primavera de 2025 ha desatado una emergencia sanitaria en toda España al aparecer una oleada de alergia provocada por niveles de polen extraordinariamente altos. A medida que el calendario avanza hacia el verano, más de treinta provincias, como Córdoba, Badajoz, Madrid o La Rioja, entre otras, se encuentran bajo alerta roja debido a la combinación de gramíneas y olivo en plena floración. Además, el calor persistente y la escasa humedad son los causantes del ambiente lleno de polen.

Desde los centros de salud y las farmacias han informado de un incremento en la demanda de atención y medicamentos relacionados en una primavera que ya tenía altos índices de alergia durante los meses de marzo, abril y mayo, y la respuesta de los especialistas indica que serán episodios frecuentes durante estos días y en el próximo año. Además, según los datos recopilados por Alliance Healthcare, la demanda de productos para combatir las alergias se ha disparado un 20% durante el mes de mayo en comparación con el mismo período del año anterior.

La situación actual es el resultado de un conjunto de factores meteorológicos, como las lluvias abundantes durante los primeros meses del año que han favorecido al crecimiento de la vegetación y, posteriormente, un incremento rápido de las temperaturas que desencadenaron una liberación significativa de polen en un ambiente de aire seco que, al fusionarse, ha aumentado la presencia de partículas en el ambiente y, por tanto, ha derivado en una mayor incidencia de síntomas en personas alérgicas.

Según la Red Española de Aerobiología, las provincias con concentraciones más elevadas de polen incluyen Madrid, Sevilla, Jaén, Toledo, Zaragoza, Valladolid, Badajoz y zonas de Galicia y Castilla y León, donde se han superado los umbrales considerados muy altos para determinados tipos de polen.

En regiones como Andalucía, se ha observado un aumento significativo en las atenciones médicas por alergias y problemas respiratorios. El Doctor Luis Manuel Entrenas, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirón Salud en Córdoba, ha descrito este contexto como “una primavera catastrófica”. Junto a esto, en la ciudad se celebra la Feria de Nuestra Señora de la Salud o la Feria de Córdoba 2025 que ha señalado como el “cóctel perfecto para asmáticos”. “El recinto ferial está en el peor sitio y en el peor momento del año”, señaló Entrenas. “Lo sensato, si se tienen síntomas, es no acudir a la feria. Y si se acude, hay que ir con la medicación de rescate y pedir asistencia en cuanto aparezcan señales de alarma. No obstante, el paciente debe ser consciente de su enfermedad. Si necesita usar el Ventolin más de dos veces al mes, su asma no está controlada. La mejor recomendación para muchos sería cambiar de aires y marcharse a la costa”, compartió la recomendación que le da a varios de sus pacientes.

En Salamanca, el Servicio de Alergología del Complejo Asistencial Universitario ha registrado un incremento del 50% en nuevos pacientes, atribuido a una “explosión de pólenes” favorecida por algunos factores citados anteriormente. El Doctor Ignacio Dávila, jefe del servicio, recomienda medidas preventivas como reforzar la medicación o usar gafas de sol y mascarilla.

La alergia al polen

La alergia al polen, también llamada polinosis, es una reacción del sistema inmunitario ante la presencia de frenos de polen en el aire y, aunque el polen es inofensivo para la mayoría de personas, el sistema inmunitario de otros individuos alérgicos lo identifica como una amenaza, lo que desencadena una respuesta inflamatoria con la producción de anticuerpos IgE y la liberación de histamina provocando así los síntomas alérgicos.

La polinosis es una enfermedad alérgica caracterizada por síntomas que afectan a los ojos, nariz y pulmones, presente durante las estaciones de primavera y verano, afectando así al 15% de la población, pero que, según el Ministerio de Sanidad, se ha incrementado hasta un 30% entre los jóvenes.

Algunos de sus síntomas pueden incluir estornudos, picor ocular o nasal, congestión nasal o dificultad respiratoria, entre otros, y, en algunos casos, puede derivar a otros problemas como crisis asmáticas ante la exposición prolongada a esta alergia.

Por otro lado, su diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente, confirmándose mediante pruebas cutáneas o análisis de sangre para detectar anticuerpos específicos frente a alérgenos o teniendo alguno de los síntomas mencionados anteriormente.

A la alta concentración de polen se suma la contaminación atmosférica como un factor que agrava los síntomas alérgicos. Respecto a esto, diferentes estudios han demostrado que las partículas contaminantes, como el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono troposférico, pueden modificar la estructura de los granos de polen haciéndolos más agresivos para el sistema respiratorio, junto al aire contaminado que debilita las mucosas respiratorias y facilitando, de esta forma, la entrada de alérgenos.

El calendario de polinización varía según la especie vegetal y la región geográfica, lo que determina también la intensidad y duración de los síntomas alérgicos. Por ejemplo, las gramíneas, uno de los principales alérgenos en España, presentan una temporada especialmente larga: desde finales de febrero hasta octubre en el litoral mediterráneo, y de marzo a julio en el centro peninsular. El olivo, con alta incidencia en el sur y el centro, poliniza entre abril y julio. Otras especies, como el plátano de sombra, lo hacen entre marzo y abril, mientras que el ciprés, presente en muchas ciudades, tiene una larga actividad que puede ir desde noviembre hasta mayo. Estos periodos, aunque orientativos, pueden variar cada año en función del clima, por lo que se recomienda consultar fuentes oficiales y actualizadas para seguir la evolución diaria del polen en cada zona.

El calendario que señala la duración de las diferentes alergias en España / 20Minutos.

Medidas preventivas, recomendaciones y tratamiento

Una de las fuentes continuas de polen en el entorno urbano es la propia vegetación utilizada en parques, calles y jardines, debido a la plantación de algunos árboles alergénicos, como el plátano de sombra (con 850.000 personas alérgicos a él en la Comunidad de Madrid) o al ciprés (entre un 15% y un 20% de la población) que liberan grandes cantidades de polen durante la primavera.

Entre las recomendaciones habituales para alérgicos están evitar actividades al aire libre en horas de alta concentración de polen (de cinco a diez de la mañana y desde las siete de la tarde hasta las diez de la noche) o en lugares con índice alto de alergia, junto al uso de gafas de sol y mascarillas o ducharse al regresar al domicilio, junto a la consulta diaria de los índices de polen a través de canales oficiales o aplicaciones especializadas. Junto a esto, la medicina suele ser el remedio más utilizado entre las personas alérgicas, con el consumo de medicamentos recetados, como antihistamínicos, descongestionantes y corticosteroides nasales para aliviar sus síntomas.

Por tanto, este repunte de alergias supone un desafío para la población afectada y los sistemas sanitarios en un contexto de temperaturas elevadas y baja humedad a finales de la primavera y comienzos del verano con estos factores que empeoran sus efectos. Ante la posibilidad de su extensión hasta junio, cuando se espera una temporada más seca de lo habitual, los expertos suponen la intensificación de esta fase crítica y recomiendan seguir las precauciones.

Además, los datos actuales muestran que las enfermedades alérgicas están en ascenso. Según la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica), uno de cada cuatro españoles padece algún tipo de alergia respiratoria y, en las próximas dos décadas, se prevé alcanzar al 50% de la población.

El aumento de casos implica un esfuerzo adicional en atención primaria, farmacología, y seguimiento especializado. Muchos pacientes dependen actualmente de tratamientos sintomáticos, pero los especialistas insisten en la necesidad de fomentar el acceso a la inmunoterapia, una solución a medio y largo plazo que puede modificar el curso de la enfermedad. Sin embargo, su acceso es desigual y limitado en algunas comunidades autónomas, lo que pone en evidencia la necesidad de una mayor inversión en salud preventiva.

Mientras tanto, las autoridades sanitarias recomiendan a la población vulnerable mantenerse informada a través de canales oficiales sobre los niveles de polen, seguir estrictamente los tratamientos prescritos, y aplicar medidas preventivas de forma constante. Con una primavera que ya ha superado los registros de años anteriores y un verano que se prevé más seco, España se enfrenta a un escenario en el que la alergia al polen ya no es un fenómeno puntual, sino una condición crónica con implicaciones sanitarias y sociales.

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