Marian Fernández Álvarez
La compañía astronáutica Space X, propiedad de Elon Musk, lanzó este martes 27 de mayo el noveno vuelo de prueba, que despegó con éxito y llegó al espacio antes de estallar.

Starship, el megacohete de Space X despegando este martes 27 de mayo. Joe Skipper (REUTERS) / El País
Elon Musk, el magnate dueño de Space X, ha anunciado sus planes de llegar a Marte para el 2026 con Starship, el cohete de más de 120 metros de altura que sería el más grande y potente de la historia. Siendo el noveno vuelo fracasado de la compañía, los planes de Musk podrían retrasarse.
“En un test como este, el éxito se basa en lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la fiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria”, escribió la compañía Space X en la red social X, que también es propiedad de Musk desde el 2022.
El despegue del cohete tuvo lugar a las 18:37, en el punto más meridional de Texas, (1:37 hora peninsular española). Salió desde la base espacial Starbase, que es al mismo tiempo un nuevo municipio con 238 habitantes (la mayoría trabajadores de Musk) en la playa de Boca Chica, cerca de la frontera con México. Con una estela limpia, el megacohete se propulsó hasta el cielo. Después de ocho minutos, los ingenieros de Space X comenzaron a aplaudir por el gran avance que este vuelo representaba, ya que los vuelos anteriores, en enero y marzo de este año, habían estallado al poco tiempo de haber despegado. El problema llegó media hora después del despegue, cuando se perdió el control de la nave y esta comenzó “a dar vueltas”, como dijeron los comentaristas de la retransmisión en vivo de Space X. Después de eso la nave explotó en el espacio. “Todos los escombros cayeron dentro del área controlada, y no había materiales peligrosos para las especies marinas o la calidad del agua”, seguró el magnate tras el fracaso del vuelo. En cualquier caso, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA son sus siglas en inglés), había aprobado el vuelo de Starship, aumentando la zona de peligro en la trayectoria que recorrería el cohete. Esta zona de peligro, o Área de Peligro de Aeronaves, se duplicó desde las 885 millas náuticas a 1.600, siguiendo desde la Starbase hasta Florida, cruzando la costa sur de Texas, las bahamas y las Islas Turcas y Caicos (dependientes del Reino Unido).
“La nave espacial logró apagar los motores a la hora programada: ¡una gran mejora con respecto al vuelo anterior! Además, no hubo pérdida significativa de placas del escudo térmico durante el ascenso. Las fugas provocaron la pérdida de presión del tanque principal durante la fase de planeo y reingreso. Hay muchos datos útiles para revisar”, comentó en X. Se cree que el fallo de la nave fue consecuencia de un fallo informático, que causó la explosión de uno de los motores. La nave tenía como objetivo aterrizar en una plataforma en el Golfo de México (o Golfo de América como Donald Trump ha querido rebautizarla), pero no ha podido completar esa misión.
Con este siendo el noveno vuelo fracasado, las expectativas de Musk de hacer que Starship lleve astronautas a la Luna y Marte podrían verse efctadas. El día del lanzamiento, se tenía programada una junta en Starbase a las 13:00 (hora local) para discutir esos planes de conquista a Marte. Al final, la junta se fue retrasando hasta llegar a las 21:00 y finalmente fue cancelada. En todo caso, el dueño de Space X ha anunciado que planea que los próximos vuelos de prueba se hagan pronto, entre 3 o 4 semanas, manteniendo las esperanzas en su ambicioso proyecto aeroespacial.