Hugo Braga Carmona
Este martes 21 de octubre el expresidente francés Nicolas Sarkozy se ha convertido en el primer ex-jefe de Estado francés en entrar en prisión. Se enfrenta a una condena de cinco años de cárcel por un delito de asociación ilícita en el caso de financiación ilegal de su campaña con dinero libio. Sarkozy ha entrado en la prisión de La Santé, ubicada en París. El dictamen del juez ha llegado tras la investigación de las conexiones durante la campaña presidencial de 2007 entre el político francés y el régimen autoritario libio de Muamar el Gadafi.

Nicolas Sarkozy se dirige junto a su mujer Carla Bruni al centro penitenciario La Santé – Fuente: Thibault Camus / AP
Su abogado, Christophe Ingrain, es optimista y ha afirmado a los medios que “estará allí un mínimo de tres semanas o un mes”. Ingrain ha bautizado el hecho a la entrada del centro penitenciario como “un día funesto para Francia” y ha anunciado que el expresidente francés dedicará su tiempo en prisión a escribir sobre esta experiencia. Desde el anuncio de su condena el pasado 25 de septiembre, Sarkozy ha defendido rotundamente su inocencia.
Sarkozy ha sido rotundo a través de un comunicado en su cuenta de X. “Quiero decirles con la fuerza inquebrantable que es la mía que no es un antiguo Presidente de la República a quien se encierra esta mañana, es un inocente”, ha afirmado. “Continuaré denunciando este escándalo judicial”, ha proseguido. “No tengo ninguna duda. La verdad triunfará. Pero ¡qué precio tan aplastante habrá habido que pagar!” ha concluido el expresidente defendiendo su inocencia.
El tribunal de París lo condenó a cinco años de cárcel por las gestiones realizadas entre 2005 y 2007 para obtener ayuda financiera del régimen libio de El Gadafi para su carrera presidencial, cuando ocupaba el cargo de ministro del Interior. Se dio por probada la intención de conseguir este apoyo económico, pero no se pudo demostrar que el dinero terminara realmente en sus manos.

Seguidores de Nicolas Sarkozy en el exterior de su residencia de París, este martes. Fuente: Teresa Suárez / EFE
Sarkozy ha contado en el momento de su entrada a la cárcel con el apoyo de su mujer, Carla Bruni. A la salida de su domicilio ha sido recibido por un grupo de unas cien personas, entre gritos de ánimo y banderas francesas. También ha recibido el apoyo de una parte del espectro político francés, especialmente de la derecha y la extrema derecha de Marine Le Pen.
A partir del día de hoy y si el dictamen del juez se cumple, Sarkozy pasará cinco años en La Santé, uno de los pocos centros penitenciarios franceses adaptados para recibir a un ex alto cargo político francés. Nicolas Sarkozy contará con una celda en un módulo de aislamiento, tendrá acceso al gimnasio y la biblioteca y será acompañado por guardias durante todos sus movimientos, evitando el encuentro con otros presos del centro. Este protocolo responde a una necesidad de protección. «Quieren hacerme desaparecer, pero todo esto me va a servir para renacer», declaró Sarkozy en su última entrevista en Le Figaro.