El futuro en manos de las potencias tecnológicas


Mariam Awada, Ana del Pino y Eglee Daniella Ramunno

La tecnología ha sido un factor determinante en el desarrollo internacional y un acelerador para la constante evolución mundial, trayendo consigo una redistribución del poder en las Relaciones Internacionales. El pasado 3 de noviembre tuvimos el honor de asistir a la conferencia Presente y Futuro del uso de las tecnologías: el rol geopolítico de China, E.E.U.U, Rusia y la UE, que ha contado con María José Molina como moderadora y exponentes varios que han dividido la cuestión, Juan Luis Mafredi ha hablado del rol de Estados Unidos y la Unión Europea, Raquel Jorge del multilateralismo tecnológico y finalmente Javier Morales del papel de Rusia en el futuro tecnológico, dejándonos maravillosas conclusiones.

La formación tecnológica ha traído procesos de cambio del lado político, de la seguridad y en el mapa económico global. Es por esto que las potencias mundiales hoy en día se han alejado de las variables tradicionales de seguridad para desarrollar su poder  en el área tecnológica, presentando nuevos frentes de condición geoestratégica, cambiando el foco de atención. Tal como comenta Manfredi, este es el siglo del Pacífico, las potencias han cambiado su punto de mira, tienen más intereses en el pacífico y el oeste y menos en el este y en Europa, todo esto profundizado por la tecnología, Europa se está quedando atrás mientras que Asia ha aprovechado la tecnología para tomar un papel de mayor importancia en las Relaciones Internacionales.

Europa, sin embargo, añade Manfredi, tiene lazos históricos con la región del pacífico y tiene presencia ahí, por lo que enfocarse en la tecnología y en esta área podría ser una buena estrategia para mantener su relevancia en el futuro, sin embargo las acciones de Estados Unidos han demostrado que Europa podría estar en un segundo plano en el futuro y le ha dado un duro golpe a la industria militar y tecnología francesa al anunciar el AUKUS, lo que demuestra un claro distanciamiento de Europa y una preferencia a la protección de sus intereses en el Indo-Pacífico.

Otro frente crucial en Europa es Alemania, aunque aún queda mucho por saber de la Alemania post Merkel y  post pandemia, el país germano es sin duda una potencia tecnológica sobre todo en sectores como  el automovilístico e industrial. Sin embargo el tema energético es fundamental y en este momento Alemania está muy condicionada a su gasoducto desde Rusia, el Nordstream 2, que a su vez se relaciona a otros proyectos de la agenda digital alemana y que podrían cambiar con el gobierno posterior a Merkel.

Alemania conecta en este proyecto con otro Estado muy relevante, Rusia, país al que, comenta Javier Morales, le rodea un alarmismo con el cambio del orden mundial, preocupa el no tener un rol más importante en el escenario internacional, por lo que el gobierno ruso desea preservar su autonomía, sin tener pretensiones hegemónicas, por eso ha buscado una asociación estratégica con China, para no sufrir nuevamente un aislacionismo que pueda dejar al país detrás. Sin embargo, para lograr mantenerse a la altura del nuevo mundo digital, Rusia necesita actualizarse  en tecnología y en política exterior, que actualmente está agotada y sus recursos no son  ilimitados por lo que la inversión debe ser astuta.

La tecnología como vector geopolítico de primer nivel también ha llegado a las organizaciones multilaterales, Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano, presenta que la Unión Europea ha involucrado más compromisos digitales conjuntos, sin embargo carece de políticas exteriores en temas de tecnología, lo que podría involucrar acuerdos con otros países, aunque ya algunos países cuentan con embajadores digitales.

La digitalización no se ha implementado de manera igualitaria, es por eso que se ha llevado el debate de ciber normas internacionales a la ONU y se ha involucrado el derecho Internacional humanitario dentro del carácter de las nuevas tecnologías. Sin embargo no hay cohesión en una  respuesta multilateral ante la creciente influencia de la tecnología, los Estados tienen diferentes respuestas, unas más enfocadas en aspectos económicos y otros más institucionales, como Estados Unido cuyos avances internacionales han involucrado a la Organización Mundial del Comercio para llevar temas tecnológicos, en contraste con otros Estados como China que buscan más pactos bilaterales y ad hoc.

Será trascendental el incentivo hacia la multilateralidad  para que la tecnología no sea un factor agravante de las desigualdades que existen en el mundo, ya que regiones como América Latina sólo se lleva los tintes negativos y aislacionismo en este mundo digital. Las distintas  estrategias de los países en materia tecnológica nos llevan a preguntarnos cuál de estas será la más fructífera para la sociedad internacional en su conjunto y que no beneficie solamente a los países que la ejecutan, ya que los valores de la UE y Estados Unidos de una gobernanza de Internet libre e igualitaria se contraponen a la creciente influencia de China en el panorama internacional, pese a que ambos bandos buscan ser el poder hegemón.

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