Estados Unidos acusa a México de robarle el agua

Marian Fernández Alvarez

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha publicado en sus redes sociales su descontento por el incumplimiento del Tratado de Agua de 1944 por parte de México, argumentando que “México ha estado robándole el agua a los agricultores de Texas” al haber entregado apenas el 30% del agua que le corresponde. Trump ha advertido que esto podría resultar en un aumento de aranceles o incluso de las sanciones “hasta que México cumpla el tratado y le de a Texas el agua que le debe”. 

Claudia Sheinbaum, presidenta de México, en una conferencia en el Palacio Nacional. FOTO: EFE / El País

Las crecientes tensiones entre los EEUU y México por el control del agua han hecho que se recuerde el simulacro hecho por la OTAN que teorizaba que los futuros conflictos bélicos comienzan por el control del agua. Este escenario podría no estar lejos de ser realidad, al tratarse de un recurso tan preciado, por lo que la reciente tensión entre estos países americanos ha suscitado dudas sobre una futura batalla por el control del agua. 

La presión por parte de EEUU inició en abril con la amenaza que hizo Trump en redes sociales, lo que ha impulsado al gobierno mexicano a tomar medidas drásticas. Cuando llegó la actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el 70% de las concesiones de agua estaban en manos del 7% de la población mexicana, además de que los ríos más grandes en México están contaminados, esto añadiendo la creciente sequía que afecta a un 65% del territorio mexicano. Con esta situación, la presidenta mexicana ha iniciado proyectos hidráulicos para cumplir con la deuda de EEUU sin dejar a México sin agua. 

Para cumplir con la demanda de agua para EEUU, el gobierno mexicano ha decidido considerar distintos cuerpos de agua para cumplir con el tratado, como el río San Juan en Nuevo León, la presa Luis L. León en Chihuahua y otros seis ríos que conectan con el río Bravo. Con esto, el gobierno mexicano espera cubrir los 400 y 518 millones de metros cúbicos que debe enviar a EEUU antes de octubre. Esto equivale a casi la mitad del agua que ha enviado en cuatro años y medio. 

Esta situación ha abierto las puertas a nuevos proyectos para limpiar tres de sus ríos, que han sido catalogados por la Secretaría de Medio Ambiente como “infiernos ambientales”, planeando invertir más de 9 millones de dólares en ello. Además, planea invertir al año 7.700 millones de pesos (345 millones de euros) en un programa para mejorar el consumo de agua en el sector agrícola. Otros proyectos que se plantean es el desarrollo de una planta potabilizadora para La Laguna, en Coahuila, que tenía aguas contaminadas con flúor y  la inversión de 1.800 millones de pesos (81 millones de euros) para hacer “adaptaciones para el cambio climático” y así sanar y proteger sus ríos. 

A pesar de la tensa situación entre EEUU y México, esta ha sido una oportunidad para mejorar el uso del agua en México, promover la protección del medio ambiente y encontrar una forma de ser más responsables con su consumo de agua, trazando el paso para un país más autónomo en cuestión de recursos naturales. Esta situación, y las medidas que se han tomado, podrían servir de ejemplo para los países del mundo que podrían no estar lejos de estar en una situación similar. 

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