Arleth Rojas y Paula Herrero

La tarde cuajaba con tres grandes toros de Victoriano del rey, para tres grandes toreros, con tres avisos para uno de ellos

Madrid finalizaba el día de la Hispanidad con una apoteósica corrida de toros en La Monumental con un cartel de “No hay billetes”. Este año a pesar del aumento del precio de las entradas, muchos aficionados han querido ver desde cerca a el rey de las plazas como es en este caso el maestro Andrés Roca Rey, que desde que despuntó como novillero no ha dejado de conseguir éxitos gustando más o menos a los asistentes que tarde tras tarde acuden a verlo. Ya en su primer toro, el segundo de la tarde, en los tendidos de sol se podía palpitar esa disconformidad por su forma de torear por parte de algunos aficionados, pero Roca Rey estuvo en su sitio. Dando tiempo al toro cuando este lo necesitaba. El cierre por bernardinas fue excelente cerrando la faena con una buena estocada que dejó al toro sin puntilla.

El peruano ya se aseguraba una puerta grande inapelable. El que debía haber sido su quinto toro corrió sitio al sexto puesto que el torero se lesionó la mano izquierda en su segundo toro y tuvo que ir a enfermería para luego salir y volver a darlo todo. Pero en este toro el público ya estaba muy desconectado con la faena por el barullo que había en los tendidos, actitudes que la empresa Plaza 1 debe tomar en consideración para próximos festejos, pues el espectáculo esta en el ruedo y no en las localidades de aficionados que asisten a incordiar al resto por su no saber estar. Estas actitudes Andrés fue consciente de ellas en todo momento y al finalizar el festejo en su Instagram se pudo ver una historia con una fotografía suya acompañada de la canción Dharma de Sebastian Yatra, la cual representa al milímetro las actitudes vistas en el coso.

Otro de los toreros que tuvo suerte fue Francisco de Manuel, el nuevo torero de Madrid. Quien salió a hombros con su compañero Roca Rey. Cortando una oreja al tercer toro de la tarde y dos al quinto. En sus dos actuaciones se le vio muy entregado, haciendo que en cada lance la plaza se convirtiera en un coro de oles e inundándola de una marea de pañuelos blancos en todos los tendidos. 

Por desgracia Talavante, el torero extremeño de gran dimensión no tuvo suerte en su lote y eso que tenía a su gran talismán en el callejón, su gran amigo Sergio Ramos, a lo mejor faltaba la presencia de Mbape de la que tanto se hablaba estos días por las redes sociales. 

La verdad que no fue su tarde contando con tres avisos en su último toro y silencio en el primero. Esto hizo que la plaza se convirtiera en un autentico gallinero, puesto que Talavante no ha vuelto a ser él mismo después de su retirada. 

Los mismo pitidos tuvo el ganadero, Victoriano del Río por el lote que llevó a la plaza, cambiando seguidamente al segundo toro de la tarde por el primer sobrero y al primer sobrero por el segundo, todos ellos doblaban las manos al salir del primer encuentro en el tercio de varas. 

La tarde se quedó sin sobreros, sin un gran torero pero con el nacimiento de otro y con el continuo despunte de Andrés Roca Rey.