Lucía Cubelos
El pasado viernes 17 de marzo, la Corte Penal Institucional emitió dos ordenes de arresto, una para el presidente ruso, Vladimir Putin, y otra para Maria Alekseyevna Lvova-Belova, la comisionada Presidencial para los Derechos del Niño en Rusia, por crímenes de guerra.
Concretamente, esos crímenes de guerra por los que se ha condenado a Putin y a Lvova-Belova, están referidos directamente a la deportación y traslado ilegal de menores y niños ucranianos y la deportación ilegal de personas. Todo esto son parte de los crímenes de guerra, como aparece estipulado en el Estatuto de Roma. Ante esto, la respuesta del mandatario ruso y la comisionada es que su misión está siendo “rescatar” a esos menores ucranianos, pero esto realmente es deportación ilegal, no rescate.
Los efectos de esta orden son que el presidente ruso y su comisionada no podrán viajar por el total de los 123 países pertenecientes al Estatuto de Roma, ya que en el caso en que lo hagan, podrían ser legalmente detenidos debido a que todos los países firmantes tienen la obligación de hacerlo. El juicio no podrá realizarse hasta que tanto Putin como Maria Alekseyevna Lvova-Belova estén detenidos y en prisión, pero la orden de arresto ya está emitida, y serán detenidos en el momento en el que pisen tierra en uno de esos 123 países anteriormente mencionados.
La emisión de esta orden se ha convertido en la primera en la que el Tribunal condena la detención de un jefe de estado que todavía permanece en el cargo. Rusia retiró la firma ante este Estatuto en 2016, tras su anexión a Crimea, por lo tanto no pertenece al Estatuto de Roma, y aunque Ucrania tampoco pertenece, este territorio sí que ha reconocido la autoridad de la Corte Penal Institucional para investigar sobre los crímenes de guerra cometidos por Rusia en el país.
Esto ocurría un día antes del tan hablado viaje de Putin a la península de Crimea, hacia donde condujo él mismo, con motivo de la celebración del aniversario de la anexión de Crimea a Moscú, que tuvo lugar en el año 2014 justamente el mismo día, 18 de marzo. Tal y como informó el gobernador de Sebastopol, Mijail Razvozhavev, esta visita iba ser telemática, no estaba previsto que el presidente ruso visitara en persona la zona. Aprovechó el viaje para visitar lugares como un centro infantil, la Escuela de Arte de Sebastopol, o la base de la flota rusa ubicada en Crimea.