Sandra Chuvieco Martín
Los 25.738 millones de euros de los presupuestos regionales para 2023 están, a día de hoy, en el aire. Las cuentas, que suponen un 11,7% de incremento sobre las de este año, pueden no llegar al pleno del jueves próximo y morir hoy si Vox cumple con su amenaza y vota en contra del dictamen de estos presupuestos en la comisión del ramo. La ruptura total entre Vox y el PP se escenifica en esta ley, la más importante del mandato y aún más al ser 2023 año electoral.
Rocío Monasterio fue clara: votarán «no» al dictamen y así los presupuestos decaerán y no habrá pleno el día 22 de diciembre. Asegura que no puede apoyar aquello en que no se han incluido sus enmiendas, las que su grupo registró tarde, y por eso no fueron admitidas, y pide que se devuelvan los presupuestos regionales y vuelvan a negociarse, desde cero, lo que retrasaría su aprobación hasta febrero.
Para el PP, la actitud de Vox es una “huida hacia adelante” para no reconocer la faena de no haber llegado a tiempo a entregar las enmiendas presupuestarias. Monasterio señalaba que retrasaron hasta el límite su registro para dar tiempo a los populares a llamarles a negociar.
Los del PP recordaban todo lo que quedaba en el aire si decaía el presupuesto elaborado para 2023: 1.000 millones más para Sanidad, frenando mejoras y reformas de hospitales en marcha; 10.000 nuevas plazas de FP; becas; prolongaciones del Metro, y otros proyectos.Pero como la política es el arte de lo posible, algunas voces planteaban distintas fórmulas jurídicas para poder llegar al pleno de los presupuestos el próximo día 22, incluso con un dictamen negativo a los mismos.