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San Valentín, amor y lujo

San Valentín, yo no te olvido,

porque su amor

en esta fiesta he conseguido

y por eso he de pedir

que siempre vele por los dos

y nos proteja, San Valentín

Decía una estrofa de la canciónSan Valentín yo no te olvido” de la banda sonora de la película de 1959 “El día de los enamorados. Y en esa fecha estamos, 14 de febrero, festividad de San Valentín, santo romano del siglo III DC. San Valentín sufrió martirio y realizó un milagro que indirectamente recuerdan los angloparlantes cuando se envían postales con el “Be my Valentine” impreso. El milagro consistió en la curación de una joven ciega que recibió un escrito  del propio Santo en el que decía “Tu Valentín”.

¿Cómo llega San Valentín a representar el amor?

Con un poco de leyenda y un mucho de marketing (en la actualidad). Un poco de leyenda como siempre sucede con las historias que hunden sus raíces en los primeros siglos de la cristiandad: se dice que casaba parejas en las cárceles romanas y que por ello el emperador Claudio ordenó decapitarlo. Imaginamos que alguna otra obra buena haría, que le granjeó fama de bondadoso y afectivo, para que dos siglos después de su muerte la Iglesia lo escogiese como representación del amor entre los seres humanos. Elección que no fue baladí, ya que con su fiesta se pretendía eliminar una fiesta pagana –las lupercales- dedicada a la fertilidad.

La elección de San Valentín pareció acertada ya que desde el siglo V D.C.  hasta nuestros días se ha celebrado la fiesta –de hecho dejó de estar en el calendario litúrgico a partir del Concilio Vaticano II- teniendo, desde finales del siglo XX un marcado carácter comercial, pues aprovechamos la fiesta para intercambiar regalos y, sobre todo, corazones.

El corazón, un órgano que simboliza el amor

La publicidad y sus símbolos gráficos tienen en parte la culpa de que el órgano encargado de bombear la sangre que corre por nuestras venas se haya convertido en la alusión gráfica de amor.

El corazón simboliza las emociones humanas más profundas, relacionadas con el afecto, el amor y la bondad. Por eso nos intercambiamos corazones y el corazón es, en el lenguaje universal, el símbolo del amor.

Los regalos, una muestra de amor

Publicaba el martes el diario La Razón el resultado de una encuesta sobre los regalos que se intercambian en San Valentín. Es curioso que las mujeres esperamos recibir –por este orden- joyas, flores, perfumes, ropa y dulces; mientras los hombres prefieren ropa y/o dinero. Y le ponemos mala cara a un peluche, un electrodoméstico o un juguete erótico. Seamos sinceros ¿una plancha es un regalo de amor?, pues va a ser que no.

Regalar flores

Casi un 30% de las mujeres –según la encuesta citada en el párrafo anterior- prefieren que les regalen flores, pero no cualquier flor, porque las flores también tienen su significado y simbología, que conviene conocer.

Del amor apasionado de la rosa roja o la orquídea, a la belleza que simbolizan las margaritas blancas o la felicidad del girasol, pasando por el amor secreto que contiene la gardenia, las flores hablan tanto por su color como por el número de las que se regalan. Un lenguaje secreto que conviene conocer para no meter la pata.

Si se siente un amor apasionado por alguien, que es correspondido, mejor unas rosas rojas que unas margaritas blancas, que indican un amor puro e inocente.

¿A quién no le gustan las hortensias? Esas grandes flores rodeadas de hojas verdes brillantes. Pues cuidado con regalar hortensias azules, porque le estamos diciendo a quien las recibe: “no tienes corazón”.

Regalar una gardenia es sacar a la luz un amor secreto, y hacer lo propio con una peonía, pedir disculpas (siempre se le puede regalar la gardenia a la amante y la peonía a la legítima).

San Valentín por el mundo

San Valentín se celebra por todas partes y en todas ellas hay un intercambio de regalos, habitualmente dulces, tarjetas y flores. Aunque no en todos los países se celebra el amor romántico entre las parejas, si no el sentimiento de amor y amistad. Incluso hay países en los que se juega al amigo invisible o se intercambian regalos entre los compañeros de oficina.

Por celebrar, hasta se celebra no tener quien te regale, como en Corea que quien no recibe regalo tiene que ir a un restaurante a comer fideos negros, ¡Uf!.

 

María Gómez Requejo  @MariaPSC

Sobre el Autor

Campus de Villaviciosa de Odón - Madrid
Email: europeamedia@europeamedia.es

Europea Media es la clínica de medios de la Universidad Europea. Europea News es el periódico digital de la clínica de medios.

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