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WAWRINKA ENTRA EN EL OLIMPO

El suizo Stanislas Wawrinka se ha proclamado campeón del Open de Australia de tenis al dar la sorpresa y derrotar al número 1 del mundo, Rafael Nadal, por 6/3 6/2 3/6 6/3. La final estuvo marcada por la lesión que sufrió el español mediado el segundo set. Con esta victoria, Wawrinka suma su primer Grand Slam y se alza al tercer escalón del ranking mundial.

Cuando hace dos semanas comenzó el primer grande de la temporada, el Open de Australia, pocos, quizás nadie, podía imaginar el desenlace final que iba a tener el torneo.  Catorce días atrás, no solo las casas de apuestas, sino también las propias quinielas de la calle daban por seguro una final entre Rafael Nadal y Novak Djokovic. Incluso el propio orden de los cabezas de serie iba acompañado por lo que hubiese sido la final más lógica, el 1 contra el 2.

No solo era lo previsto, era también lo deseado. La mayor parte de los afortunados seguidores que tuviesen entre sus manos una de las codiciadas entradas para la final, elegiría vivir un Nadal vs Djokovic en vivo y en directo.

Pero el tenis es grande por cosas que pasan en semanas como estas. Ni las casas de apuestas, ni el orden de los cabezas de serie, ni el ranking, ni los aficionados más apasionados de Rafa o Nole, contaban con un tenista que no estaba invitado a la fiesta, pero que se colaría para llevarse a casa a la princesa de la noche. Stanislas Wawrinka.

El suizo llegaba al Open de Australia situado en el 8º puesto del ranking ATP y tras haber acabado la pasada temporada en un gran estado de forma con unas semifinales en el US Open y habiendo disputado la Masters Cup de Londres. Buen currículo pero ni mucho menos suficiente para introducirlo en la terna de serios aspirantes al trofeo. Sin embargo, el suizo fue ronda tras ronda, de la mano de su prodigioso revés, demostrando que estaba dispuesto a dar la sorpresa.

En semifinales ya se encargó de eliminar a uno de los dos ultra favoritos, el campeón vigente y 4 veces ganador del torneo, el serbio Novak Djokovic. Además este partido fue muy especial para «Stan» y es que el año anterior el suizo ya tuvo a Nole contra las cuerdas en un partido maratoniano a 5 sets. La venganza estaba servida.

Aquellos mismos aficionados que deseaban una final entre Djokovic y Nadal se quedaban con la miel en los labios, pero viendo el nivel mostrado por Wawrinka podían darse con un canto en los dientes.

La final se presentaba como una batalla infernal para el suizo. Ninguna victoria, 12 derrotas. Ningún set a favor, 26 en contra.  David contra Goliat. Pero esta vez la cosa iba a ser bien diferente.

La confianza que le había dado la victoria ante Djokovic hizo que Wawrinka saliese desde el primer momento a «comerse»» a Nadal. Algo había que cambiar para dejar atrás esos 26 sets perdidos y tener oportunidades y su estrategia fue bien clara, atacar. Ante cualquier bola corta o en una posición mínimamente favorable para atacar, Wawrinka iba a por ella. «Stan» flotaba sobre la vista, todo le entraba y Nadal no sabía cómo reaccionar.  En poco más de media hora conseguía lo que en 12 partidos anteriores nunca había logrado, ganarle un set a Rafael Nadal.

 

Wawrinka consuela a Nadal tras la derrota del español. Foto: EuropaPress
Wawrinka consuela a Nadal tras la derrota del español. Foto: EuropaPress

Todo le iba de cara. Era difícil pensar en una situación más idílica para él. Pero el domingo era el día de Stanislas. En un peloteo en el tercer juego del segundo set, Rafa notaba como su espalda decía basta. Rápidamente solicitaba atención médica y se iba al vestuario. Wawrinka parecía algo molesto ya que dudaba de si ese «movimiento» de Nadal solo buscaba pararle el ritmo o era real. Poco después se vería que la cara de Nadal reflejaba de todo menos fingimiento.

Nadal apenas podía moverse por la pista y los juegos caían del lado del suizo. 6/3 6/2 y la final casi acabada. Solo los nervios de Wawrinka provocaron que Rafa se apuntase el tercer set. Un espejismo. Stanislas dejaba los nervios atrás y se llevaba el cuarto set para coronarse como campeón del Open de Australia.

Wawrinka conseguía así romper con la supremacía de los 4 magníficos (Nadal, Djokovic, Murray y Federer) en los Grand Slams. Y es que desde que Del Potro ganase en el 2009 el Us Open ningún otro tenista, fuera de estos 4, había conseguido alzarse con un grande.

No sabemos que hubiese pasado si Nadal no cae lesionado. Lo que sí sabemos es que el nivel mostrado por Wawrinka en el primer set y durante todo el torneo era merecedor de esta conquista. Stanis entra en el Olimpo del tenis.

 

@javibaldasano

@borjae_jimenez

@elenaRdoce

Sobre el Autor

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