Ricardo Corbacho
Friedrich Merz fue elegido este 6 de mayo como nuevo canciller de Alemania tras imponerse en una inédita segunda votación en el Bundestag, luego de no haber logrado la mayoría absoluta en la primera ronda. La sorpresiva repetición de la votación fue un hecho sin precedentes en la política del país, pues nunca antes había ocurrido.
Pese a que la alianza entre la Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Socialcristiana bávara (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) contaba con una cómoda mayoría parlamentaria, Merz no logró los 316 votos necesarios por la mañana. El revés evidenció fisuras dentro de la llamada “gran coalición” y fue rápidamente aprovechado por la oposición, en especial por el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que celebró el tropiezo como un síntoma de debilidad del nuevo gobierno.La líder de AfD, Alice Weidel, no dudó en declarar que el resultado demostraba «lo débil que es la base sobre la que se sustenta la pequeña coalición formada por la Unión y el SPD, que ha sido rechazada por los ciudadanos». Incluso llegó a pedir la repetición de las elecciones parlamentarias.
Finalmente, en la segunda votación, Merz consiguió 325 votos, superando fácilmente el número mínimo necesario. Esto calmó temporalmente los miedos de que hubiera un estancamiento político y permitió seguir con la agenda oficial: el juramento del nuevo canciller, la presentación del gabinete y la toma de posesión de los ministros.
El líder del SPD, Lars Klingbeil, se pronunció tras la primera votación, asegurando que se aclararía lo ocurrido con los socios de coalición: «Ahora aclararemos el proceso con los demás grupos parlamentarios democráticos». El llamado al orden funcionó y los diputados de la coalición se volvieron a reunir, dejando atrás un momento que había tensionado no solo a los partidos, sino también a la opinión pública.
El impacto del fracaso inicial de Merz no solo fue político. También afectó a los mercados financieros. DAX cayó un 1,1 % después de la apertura, cerrando en los 23.084 puntos. Por su parte, el EuroStoxx 50 descendió un 0,7 %. El secretario parlamentario de AfD, Bernd Baumann, también se sumó a las críticas, calificando el fracaso de Merz como un «merecido castigo por todas sus maquinaciones previas», y acusando al nuevo canciller de haber cometido un «fraude electoral» al bloquear la representación parlamentaria de su partido, que obtuvo el respaldo de unos diez millones de votantes.
Minutos después del revés inicial, la presidenta del Bundestag, Julia Klöckner, suspendió temporalmente la sesión para permitir que los líderes parlamentarios buscarán una respuesta a esta situación. Según fuentes cercanas, la decisión fue acelerar la segunda votación para no debilitar más la posición de Merz. Aunque el proceso se pudo retomar, el incidente deja en claro que el nuevo canciller tendrá una gestión difícil por delante. Tendrá que mantener unida una coalición débil, enfrentarse al crecimiento de la extrema derecha y recuperar la confianza en un liderazgo que comenzó con dificultades.
Merz, un político conservador experimentado, asume el desafío de liderar Alemania en un momento crucial, con la responsabilidad no solo de gobernar de manera efectiva, sino de demostrar que su mayoría en el parlamento también es una mayoría política sólida y estable.