Gaza al borde de la hambruna

Ricardo Corbacho

En la Franja de Gaza, desde principios de marzo de 2025, un bloqueo total a la entrada de ayuda humanitaria impuesto por Israel como medida de presión contra Hamás ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias de su historia reciente: el rápido empeoramiento de la seguridad alimentaria deja hoy a medio millón de palestinos al borde de la desnutrición. Según el último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), existe un alto riesgo de que se declare una hambruna total antes de finales de septiembre de 2025. 

Cientos de miles personas pasan hambre en Gaza: FOTO: Getty Images

Desde que, a comienzos de marzo, Israel rompió el alto el fuego con Hamás y cerró todos los puntos de acceso, ningún camión de alimentos, medicinas o combustible ha podido entrar de forma regular. El informe de la CIF indica que, de aquí a finales de verano, 2,1 millones de personas pasarán por graves niveles de falta de comida, y que unas 469 500 podrían encontrarse en una situación extrema si no reciben ayuda importante.“Cada día de retraso agrava el hambre y acelera la inanición, acercándonos cada vez más a la hambruna”, alertó Qu Dongyu, director general de la FAO

Israel justifica el bloqueo diciendo que es “por seguridad” y para obligar a Hamás a liberar a los 59 rehenes que, según el Gobierno de Benjamin Netanyahu, siguen en su poder desde el ataque del 7 de octubre de 2023. “La hambruna nunca ha ocurrido debido a los esfuerzos de Israel por conseguir más ayuda” aseguró el portavoz del Gobierno israelí, David Mencer. También acusó a Hamás de “provocar” la crisis humanitaria y de quedarse con los suministros destinados a la población.

Pero desde Gaza, el movimiento islamista niega esas afirmaciones y recrimina a Israel el uso del hambre como arma de guerra. Tras la liberación del israelí-estadounidense Edan Alexander, Hamás emitió un comunicado exigiendo “el fin inmediato del bloqueo y la apertura de todos los cruces”, con la pena de que la población “sea víctima de un crimen de lesa humanidad”.

Las agencias internacionales siguen alertando con urgencia. Beth Bechdol, subdirectora de la FAO, advirtió que “las cifras empeorarán aún más si no se levantan pronto las restricciones”. Recordó que, desde el 2 de marzo, el bloqueo total ha impedido la llegada de ayuda humanitaria e incluso de productos comerciales básicos. Los bombardeos y la falta de recursos provocan tragedias todos los días. El lunes pasado, un ataque israelí alcanzó la escuela Fátima Bint Asad, en el campo de refugiados de Jabalia, y mató al menos a 16 personas, cinco de ellas niños, según AP y EFE. En Nuseirat y en la Ciudad de Gaza, los ataques siguen destruyendo casas y hospitales, y obligan a miles de desplazados a buscar refugio en albergues improvisados.

A pesar de la intensificación de los bombardeos, el Gobierno de Israel envió una delegación a Doha para discutir la propuesta de alto el fuego del enviado especial de EE.UU., Steve Witkoff. El objetivo es negociar el intercambio de rehenes y un alto al fuego antes de que arranque una nueva “escalada” militar. Pero la emergencia humanitaria no espera: cada hora deja a más familias sin pan ni leche y, al final, al borde de la muerte.

Gaza muestra así la cara de un territorio asediado, cortado del suministro más básico: la comida. Sin un cambio drástico en las próximas semanas, el riesgo de hambruna podría convertirse en la peor emergencia humanitaria de la región en décadas.

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