Pedro Pereira
El rey emérito Juan Carlos I ha presentado una demanda por vulneración de su honor contra Corinna Larsen, empresaria germano-danesa con la que el monarca mantuvo una relación durante más de una década. La denuncia, interpuesta en Suiza, país de residencia de Larsen, sostiene que las reiteradas declaraciones públicas de esta han dañado gravemente la imagen y la reputación del exjefe del Estado.
La acción legal se centra en afirmaciones que Larsen ha realizado en entrevistas, documentales, podcasts y otros medios internacionales, donde ha acusado al rey emérito de comportamientos irregulares, vigilancia ilegal y presunto acoso. El entorno del monarca considera que estas manifestaciones son “falsas, malintencionadas y sin fundamento”, y forman parte de una campaña de desprestigio mediático que ha alcanzado una amplia repercusión internacional.
La defensa de Juan Carlos I solicita una compensación económica no especificada, así como una rectificación pública. La demanda se fundamenta en la legislación suiza sobre protección del honor y la intimidad, dado que muchas de las declaraciones de Larsen se han producido desde su residencia en dicho país.
Esta no es la primera vez que ambos se enfrentan en los tribunales. En 2022, Larsen interpuso una demanda contra Juan Carlos I ante el Tribunal Superior de Londres por presunto acoso y vigilancia ilegal, en la que reclamaba 146 millones de euros en concepto de daños. Sin embargo, la justicia británica desestimó el caso en octubre de 2023, al considerar que no tenía jurisdicción sobre el monarca.
La nueva acción judicial del rey emérito forma parte de una estrategia más amplia para defender su imagen pública. De forma paralela, también ha emprendido una demanda civil por injurias contra el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla. En ese procedimiento, presentado en Madrid, Juan Carlos I reclama 50.000 euros y una rectificación pública por varias declaraciones realizadas por Revilla entre 2022 y 2025 en medios de comunicación, donde se refirió a él como una figura “corrupta” y “nociva para la democracia”.
El entorno del emérito señala que, tras años de silencio, ha decidido recurrir a la vía legal para “restablecer su honor y proteger su legado histórico”. Aseguran que el rey emérito desea defenderse “como cualquier otro ciudadano” ante lo que considera ataques reiterados a su dignidad personal.
Por el momento, ni Corinna Larsen ni Miguel Ángel Revilla han realizado declaraciones oficiales sobre las respectivas demandas, aunque se espera que sus representantes legales respondan en las próximas semanas.
El proceso judicial en Suiza aún debe ser admitido a trámite, pero ya ha generado un nuevo foco mediático sobre la figura del rey emérito, que desde su salida de España en 2020 ha vivido entre Abu Dabi, Sanxenxo y otras residencias privadas.