Pilar Yébenes: “Robert Redford fue un todo en el cine y en Hollywood”

Tristal Hassmann

La reciente muerte de Robert Redford, a los 89 años, ha dejado un vacío enorme en la historia del cine. Actor, director, productor y activista, su figura trasciende la gran pantalla.

Robert Redford fue mucho más que una estrella de Hollywood: se convirtió en un símbolo de una forma de entender el cine. Con más de cuatro décadas de carrera y títulos inolvidables como Dos hombres y un destino, El golpe o Memorias de África, demostró una versatilidad única que lo llevó a ser tanto galán como actor de carácter. Ganó el Óscar a Mejor Director por su ópera prima Ordinary People en 1980, recibió un Óscar honorífico en 2002 por toda su trayectoria y estuvo nominado en múltiples ocasiones tanto delante como detrás de la cámara.

Pero su influencia no se detuvo en el set: como productor y gran impulsor del festival de Sundance, abrió camino a generaciones enteras de cineastas independientes, ofreciendo una plataforma que transformó el panorama del cine mundial. Además, fue un activista comprometido con causas medioambientales y sociales, un artista total cuya voz trascendió la pantalla.

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Foto: Getty Images

 Para repasar su trayectoria, hablamos con Pilar Yébenes, profesora titular de Cine de Animación en la Universidad Europea, directora del máster en Producción Audiovisual Morena Films–UE y coordinadora de la titulación de Comunicación Audiovisual. Con su experiencia, nos ayuda a entender la huella que el mítico actor ha dejado en Hollywood y en la cultura popular.

Rubén Jiménez (R.J.): ¿Cuál ha sido la huella que Robert Redford ha dejado en la historia del cine estadounidense?

Pilar Yébenes (P.Y.): Ha dejado un legado enorme. Fue un actor con más de cuarenta películas a sus espaldas, alguien que supo adaptarse a cada época y que incluso llegó a tener papeles en el universo Marvel. Era un verdadero “crack”, con un saber estar en pantalla que lo hacía muy querido, aunque las películas no siempre tuvieran un final feliz. Redford se convirtió en un referente de Hollywood, alguien que supo sostener su carrera durante décadas y dejar una impronta inigualable.

R.J.: Una de sus relaciones más recordadas fue con Paul Newman. ¿Qué se aportaron el uno al otro?

P.Y.: Lo suyo fue una simbiosis maravillosa. Estuvieron juntos en dos películas míticas: Dos hombres y un destino (1969) y El golpe (1973). Ambos eran guapísimos, con un carisma arrollador, y formaban una dupla perfecta. En el mundo del cine siempre ha existido esa pregunta: “¿Eres de Paul Newman o de Robert Redford?”. No tenían nada que ver ni en lo familiar ni en la manera de actuar, pero juntos lograron comerse Hollywood desde los setenta en adelante, construyendo personajes memorables que ya forman parte de la historia del cine.

R.J.: Otra de sus grandes películas fue Memorias de África, junto a Meryl Streep. ¿Cómo evalúas su papel en esa cinta?

P.Y.: Ese papel fue un regalo que le vino al dedillo. No es una película considerada una obra maestra en sí misma, pero él la elevó con su presencia, con ese misterio tan característico que transmitía en pantalla. Redford tenía la capacidad de convertir un buen papel en algo mucho más grande. Además, fuera del cine, fue un hombre que rompió tendencias: llegó a tener cinco mujeres a lo largo de su vida, fue un referente de estilo y se convirtió en algo parecido a lo que hoy llamaríamos un “influencer”. Era especial dentro y fuera de la pantalla.

R.J.: También destacó como director. Su primera película, Ordinary People (1980), ganó cuatro premios Óscar. ¿Qué aportó esa obra al cine?

P.Y.: Fue un golpe sobre la mesa. Los actores que dan el salto a la dirección saben cómo funciona todo y Redford lo demostró. Con Ordinary People no solo logró un éxito de crítica y premios, sino que abrió puertas a un cine independiente que estaba en crisis. Desde Sundance impulsó proyectos que dieron paso a nuevas generaciones de directores, como Quentin Tarantino. Como director y productor fue brillante, alguien que supo dar aire fresco a Hollywood en un momento complicado.

R.J.: Como experta en cine, ¿cómo definiría a Robert Redford en una frase?

P.Y.: (Ríe) Bueno, no sé si tanto como experta… Pero lo definiría como “un todo en el cine y en Hollywood”. Fue actor, director, productor y activista. Redford es, sencillamente, historia del cine.

R.J.: Para terminar, ¿le gustaría añadir algo más?

P.Y.: Sí, me gustaría aprovechar para hablar del máster en Producción Audiovisual que dirijo junto a Morena Films y la Universidad Europea. Es un programa pensado para formar productores completos, capaces de abarcar todas las áreas del audiovisual: desde lo técnico hasta lo comercial y la psicología del cine. Este año celebramos la tercera edición, que arranca el próximo 17 de octubre, y lo hacemos de la mano de Morena Films, una de las productoras más destacadas del panorama nacional. Es un máster que busca dar a los futuros profesionales las herramientas necesarias para comprender y transformar la industria.

Con estas palabras, Pilar Yébenes se despide recordando la grandeza de Robert Redford y subrayando la importancia de seguir formando nuevas generaciones en el mundo del audiovisual.

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