Juan Riber Sotoca, Diego González Jiménez, Matías Rodríguez Grijalba y Brittany Florez Florez
La guerra entre Ucrania y Rusia, viene a raíz de tensiones que se remontan al año 2021, marcó un punto crítico en las relaciones internacionales entre ambos países. Todo se remonta cuando las fuerzas militares rusas, como las Specnaz y Osnaz, se concentraron en las fronteras entre Rusia y Ucrania, desencadenando una escalada de hostilidades que amenazaba con desestabilizar toda la región y generar un desequilibrio mundial. Durante este período de creciente tensión diplomática, el presidente ruso, Vladímir Putin, no dudó en criticar la expansión de la OTAN desde 1997, considerándola una amenaza directa a los intereses económicos y políticos de Rusia.
A pesar de las constantes negativas de Putin sobre una posible invasión al territorio ucraniano, aproximadamente un año después, Rusia envió tropas a Ucrania. Este movimiento militar fue autorizado para el uso de la fuerza apenas 24 horas después de su llegada a la República Popular de Donetsk y a la República Popular de Lugansk, dos estados auto proclamados en la región oriental de Ucrania. Este acto de agresión profundizó aún más la crisis, desencadenando una serie de enfrentamientos y acciones militares que han dejado una marca indeleble en la historia reciente de Europa Oriental. Rusia bombardeó el este de Donbass tan solo 3 días después de que el Kremlin reconociera a los estados autoproclamados como repúblicas independientes.
Además, en febrero de 2022, Rusia inició una “operación militar especial” en Ucrania, justificándose como una defensa de sus intereses. El conflicto se intensificó con ataques a ciudades y una ofensiva terrestre, provocando la huida de más de un millón de personas. Esta crisis se originó en 2013-2014, con protestas en Kiev y la anexión de Crimea por parte de Rusia. La guerra en el este del país y la represión de movimientos separatistas agravaron la situación, con miles de muertos y desplazados desde entonces.
La ONU reporta miles de civiles muertos y heridos desde el inicio del ataque ruso, aunque las cifras podrían ser mayores debido a la dificultad para monitorear la situación. ACNUR registra más de ocho millones de refugiados ucranianos y cerca de siete millones de desplazados internos. Organizaciones como Accem se centran en la protección de los derechos humanos y la asistencia a los refugiados, brindando apoyo a quienes llegan a España huyendo del conflicto.
Como consecuencia salieron a relucir las duras sanciones financieras y personales impuestas tras el inicio del conflicto en Ucrania se dirigieron principalmente contra Rusia y sus líderes. Estas sanciones fueron aplicadas por Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá, con el objetivo de presionar al gobierno de Putin para que renunciara a sus pretensiones territoriales. Las medidas incluyeron restricciones financieras y económicas para dificultar las transacciones rusas, así como sanciones individuales contra Putin, miembros de su gobierno, dirigentes del complejo militar-industrial y familiares de funcionarios de alto rango. Además de las sanciones financieras, se tomaron medidas diplomáticas, como la extensión de visados, la prohibición de medios de comunicación y restricciones a la cooperación. Sin embargo, no solo eso, ya que numerosas grandes corporaciones, como Netflix, Apple e Ikea, suspendieron sus operaciones en el país tras la invasión a Ucrania, este hecho no pasó desapercibido para Putin, quien amenazó a las empresas que abandonaran el país.
Los dos años de guerra comienzan a dejar visibles signos de agotamiento no solo para las partes involucradas, sino también para varios gobiernos europeos, quienes cada vez encuentran más difícil adoptar una postura negativa o de confrontación hacia Vladímir Putin. Esto se refleja en el hecho de que solo el 10% de los europeos creen que Ucrania pueda prevalecer en el conflicto armado frente a Rusia, según revela una encuesta realizada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) en doce estados miembros, incluyendo España. Otro dato relevante es que el 41% de los encuestados opinan que los líderes de la UE deberían presionar a Volodímir Zelenski para alcanzar un acuerdo de paz, en contraste con el 31% que aboga por mantener la ayuda frente a la invasión de territorios.
Euronews-EFE
En medio de la creciente tensión en Europa, los gobernantes de la Unión Europea prometieron un apoyo continuo a Ucrania con una inyección financiera de aproximadamente 50.000 millones de euros para los próximos cuatro años. Este monto se suma a las contribuciones financieras y militares que se han proporcionado a lo largo de los últimos dos años. Sin embargo, la ciudadanía europea se encuentra dividida en cuanto a la estrategia a seguir, por que según un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), por sus siglas en inglés), el 41% de los europeos encuestados considera que los estados miembros deberían presionar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que negocie un acuerdo de paz. Esta postura es defendida por aquellos que buscan una resolución diplomática al conflicto, evitando así una escalada de la violencia y buscando estabilidad en la región.
Una solución efectiva para la guerra entre Rusia y Ucrania por parte de Europa podría implicar un enfoque diplomático sólido y coordinado. La Unión Europea podría desempeñar un papel crucial al facilitar negociaciones de paz, promoviendo el diálogo entre las partes en conflicto y respaldando esfuerzos internacionales para una resolución pacífica. Además, el apoyo a medidas humanitarias y la promoción de iniciativas de reconciliación podrían contribuir a aliviar el sufrimiento de la población afectada. La presión diplomática, respaldada por sanciones selectivas y medidas coercitivas, podría utilizarse como medio para fomentar un cese al fuego y la retirada de fuerzas militares. En última instancia, la comunidad internacional, liderada por Europa, debería trabajar en conjunto para establecer un marco integral que aborde las preocupaciones de todas las partes involucradas y siente las bases para una paz duradera en la región.
Hoy en día, los datos publicados por el gobierno ucraniano son de 31 mil soldados ucranianos fallecidos desde que empezara la guerra hace ya dos años. Los otros datos que manejan son los soldados fallecidos por parte de Rusia que ascienden a 180 mil. Todo esto ha salido a la luz, a la vez que Rusia ha empezado a atacar con drones otras 8 regiones ucranianas. En noviembre, la Unión Europea anunció que no alcanzaría su meta de proporcionar un millón de municiones a Ucrania para marzo de 2024.
Ucrania calcula que el conflicto ha ocasionado a su economía pérdidas por un total de US$150 mil millones. Para el año 2024, tiene previsto destinar US$43.200 millones al presupuesto militar y a medida que en Rusia se proyecta que el gasto militar llegue a un nivel histórico de US$112.000 millones, tras estos sucesos, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha reunido a una veintena de países para llegar a un acuerdo y enviar tropas en apoyo a Ucrania tras la tenacidad rusa
¿Cuál será el desenlace de este conflicto? es la interrogante que numerosos políticos y especialistas han estado intentando dilucidar, Ucrania sostiene que solamente la completa liberación de la ocupación rusa y el retorno a las fronteras internacionalmente reconocidas podrán poner fin a esta contienda, por su parte, Kyev advierte que cualquier acuerdo con Rusia podría estimular nuevas anexiones territoriales no sólo por parte de Moscú, sino también por parte de otros países a nivel mundial, En contraste, Rusia argumenta que se encuentra inmersa en un enfrentamiento más amplio con Occidente y que se mantendrá en la lucha el tiempo que sea necesario.
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