Brahim decide un derbi cargado de pólvora
El Santiago Bernabéu vivió una noche de esas que quedan marcadas en la memoria de los aficionados. El Real Madrid se llevó el primer asalto de los octavos de final de la Champions League con un 2-1 sobre el Atlético de Madrid en un derbi cargado de emoción, tensión y, cómo no, polémicas que dieron de qué hablar tras el pitido final.
Desde el primer minuto, el partido fue una batalla épica. Apenas se estaba acomodando la afición cuando Rodrygo encendió la mecha con una acción individual de puro talento. El brasileño, con su habitual descaro, encaró a Savic, lo dejó atrás y definió con frialdad ante Oblak para adelantar al Madrid en el minuto 5. El Atlético, sin embargo, no tardó en reaccionar. Como mandan los cánones de los de Simeone, la intensidad y la presión alta comenzaron a hacer efecto, y en el minuto 22 Julián Álvarez igualó con un derechazo desde la frontal que sorprendió a Courtois.
El choque se convirtió entonces en una pelea táctica. El Madrid apostaba por la velocidad en los contragolpes, con Vinícius y Rodrygo generando peligro constante. El Atlético, por su parte, cerró filas y buscó explotar los espacios con Griezmann y Lino, mientras Koke intentaba organizar desde el centro del campo. En términos de posesión, el Madrid tuvo un leve dominio con un 52%, aunque el Atlético supo jugar bien sus cartas en los momentos clave.
En la segunda mitad, la intensidad no decayó. Simeone movió el banquillo en busca de piernas frescas, pero cuando parecía que el partido se encaminaba al empate, apareció Brahim Díaz. El malagueño, con una jugada de pillo, aprovechó un balón muerto en el área para batir a Oblak y poner el 2-1 en el 68′. El gol llegó con su cuota de polémica, pues la defensa rojiblanca reclamó un posible fuera de juego posicional de Vinícius. Sin embargo, el árbitro y el VAR interpretaron que el brasileño no interfería en la jugada y el tanto subió al marcador.
Más allá del fútbol, el partido dejó momentos calientes. Uno de ellos fue el gesto de Brahim dirigiéndose al banquillo rojiblanco tras su gol, lo que generó miradas y algún cruce de palabras con Simeone. Además, antes del inicio, en el minuto de silencio, se escucharon insultos de la afición colchonera, un episodio que empañó el ambiente antes del espectáculo.
En el historial europeo, este fue el noveno enfrentamiento en Champions, con un claro dominio madridista: cinco victorias blancas, dos empates y dos triunfos del Atlético. Pero la eliminatoria sigue abierta y el Metropolitano promete ser una caldera en la vuelta.
El pitido final dejó dos lecturas claras. En el Madrid, satisfacción por el resultado y la sensación de que, aunque sufriendo, siguen imponiendo su ADN ganador en Europa. En el Atlético, bronca por las decisiones arbitrales, pero también confianza en darle la vuelta en casa. En dos semanas, el desenlace. Otra noche de alta tensión.
@Tristal Hassmann