En las últimas previsiones económicas del FMI a nivel mundial, las tasas de crecimiento mundiales ascenderán progresivamente desde 3,5% en 2015, 3,8% en 2016, hasta 4,0% en 2020. El crecimiento previsto para los países emergentes y en desarrollo, en torno al 4%, es mayor que el previsto para las economías avanzadas, que oscila en torno a 2,5%. Estos datos son una media. Podemos encontrar crecimiento positivo en países como Estados Unidos, que crece por encima de la media, y países como Italia, en el que se prevé un crecimiento inferior a la media.
En el informe del pasado 8 de Junio, el Fondo Monetario Internacional (FMI), revisa al alza las previsiones de crecimiento de la economía española, del 2,5% al 3,1% para 2015, y hasta el 2,5% para 2016. El Gobierno español las ha situado en el mes de abril en un 2,9%.
Según los últimos datos disponibles de la tasa de crecimiento del PIB español, en el primer trimestre de 2015 España a crecido un 0,9%, dejando la tasa interanual en un 2,7%. Las tasas de crecimiento económico en los últimos trimestres reflejan una tendencia positiva, y eso hace pensar que se pueden cumplir dichas previsiones.
El crecimiento económico en España está basado en gran parte en la demanda interior, con una recuperación del consumo y una inversión estimulada por los bajos tipos de interés y una incipiente recuperación del crédito. Los consumidores y empresarios vuelvan a ser capaces de confiar, invertir y comprar tanto como en los años anteriores a la crisis. Además la demanda externa, tiene también un comportamiento positivo debido a un aumento de exportaciones, aunque se mantiene un déficit en balanza comercial, ya que las importaciones superan a las exportaciones.
Tal como el FMI recoge en su informe, la bajada de los precios del petróleo, la depreciación del euro y la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE), son algunos de los elementos que han influido favorablemente en la estimulación del crecimiento económico.
Asimismo, insiste en la necesidad de continuar haciendo reformas laborales y empresariales, así como la reducción de la deuda privada y la consolidación fiscal.
Dado que la inflación está más que moderada en Europa, con un IPCA del 0% (considerando que el objetivo europeo es del 2%) y negativa en España, con un -0,2% del IPC. Esto evidencia que sigue habiendo margen para hacer políticas de demanda expansiva que estimulen el crecimiento económico a corto plazo, como demuestra la política monetaria del BCE, que mantiene en un 0,05 el tipo de interés de referencia (aplicable a las operaciones principales de financiación).
Sin embargo, las reformas sugeridas por el FMI, junto al apoyo a los sectores más estratégicos o la mejora de la formación, propuestas por la estrategia de Europa2020, son medidas de crecimiento a Largo Plazo, que pretenden afectar a la economía desde la oferta. El crecimiento a largo plazo supondría una recuperación de la renta per capita, que se ha visto disminuida durante la crisis económica.
Todo indica que la salida de la crisis está llegando, aunque dadas las tasas de desempleo, aún queda camino por recorrer.
1º Grado de Economía. Grupo M11. Política económica.