Cuando la política se escuda en el deporte para hacer campaña suceden cosas como la que vivimos este pasado domingo 22 de mayo.
Final de la Copa del Rey, el Sevilla y el Barcelona se juegan el trofeo en el estadio Vicente Calderón de Madrid y todo apuntaba a que iba a ser una jornada de multitudes enfrentadas luchando por la victoria. Unos días antes una propuesta de la Delegación del Gobierno puso el foco de atención en las esteladas, intentando que estas se prohibieran a la entrada del estadio.
La decisión trajo un revuelo de opiniones de todo tipo, no había nada que por ley prohibiera las banderas independentistas en el Calderón puesto que es un estadio privado y las esteladas, pese a no ser oficiales, no son ilegales.
Ante todo hay que tener claro que una bandera no tiene que ser oficial para ser legal, y la estelada no es ilegal. Esta bandera representa los intereses independentistas de un colectivo de personas, por lo que la prohibición llevaba implícita la polémica y numerosos conflictos.
¿Qué hay de la libertad de expresión? El término más utilizado cuando surgen este tipo de situaciones, la libertad para pensar, expresarse y participar o no, de acuerdo a los criterios propios de cada individuo.
La peculiaridad de este torneo deportivo es que lleva el nombre del Jefe del Estado y lo entrega el mismo. Los símbolos del Estado son el himno y la bandera española, que son los oficiales y están regidos por una normativa y honores, y que habitualmente son despreciadas por los grupos que exigen respeto para las esteladas.
Lo curioso del asunto es ver cómo reaccionaron los líderes políticos, en precampaña, ante la polémica, utilizándolo para imponer su opinión y su asistencia a lo que, al fin y al cabo, era tan solo un acto deportivo, en el que uno de los dos equipos se coronaría como vencedor de la Copa del Rey.
Una vez que el partido se juega y hay un ganador nos preguntamos qué hubiera pasado si tal propuesta, fallida, no hubiera salido a la luz y no se convirtiera en corriente de opinión por unos días.
Una vez más, la política se introduce por completo en el fútbol y las banderas demuestran nuevamente que son una de las herramientas de comunicación y protocolo más útiles que existen.
Teresa Castellanos y Blanca Herreros