El Banco Santander se ha desvinculado de uno de los grandes activos patrocinadores de la compañía: la Fórmula 1. Ha sido una década en el que la compañía presidida por la familia Botín ha sido sponsor de Mc Laren, Mercedes y Ferrari, equipos en los que ha estado Fernando Alonso, así como de diversos Grandes Premios. A partir de la temporada que viene, la empresa presidida por Ana Patricia Botín invertirá en la Champions League.
La entidad bancaria cántabra, Banco Santander, ha anunciado que la temporada que viene dejará de ser patrocinador principal de la escudería italiana. En números, la firma transalpina dejará de percibir cuarenta millones de euros. Por ello, Luca Di Montemozemolo y sus hombres están buscando en el mercado un nuevo patrocinador. Según ha informado la cabecera nacional ABC la elegida será iQQS.
IQQS es un tipo de cigarrillo electrónico desarrollado por Phillip Morris. Es una de las marcas predilectas dentro del equipo de Sergio Marchionne para ocupar el espacio que puede ser patriocinado. El único obstáculo que vislumbra la escudería transalpina es una normativa europea que se ha aplicado en abril de 2014.
La entidad ha puesto fin al patrocinio al patrocinio con la F-1 y, a partir de la temporada que viene, por un período de tres años, el Banco Santander cambiará las cuatro ruedas por el balón de fútbol. Pasará de patrocinar motor a la máxima competición de fútbol del mundo, algo que según fuentes cercanas al Banco Santander se achaca a una cuestón de «rentabilidad».
Así termina una década de estrecha relación entre el Banco Santander y Ferrari. El Banco Santander se desvincula de la marca italiana tras ocho años y once de patrocinios en Grandes Premios. Hay que recordar que la entidad española entró en el «Gran Circo» en 2007, cuando el piloto español, Fernando Alonso se encontraba en McLaren – Mercedes. Este primer pacto se rubricó bajo un rendimiento económico de 15 millones de euros anuales. Dos años después y coincidiendo con el fichaje de Alonso por Ferrari, el Banco Santander firmó un documento que vinculaba a españoles e italianos durante cinco años, a razón de cuarenta millones de euros. Tras la finalización de este contrato, se procedió a la renovación hasta finales de este año.
