¿Cómo interpreta el hecho de que en la posesión de Sánchez no haya estado presente ningún símbolo religioso?
Tiene una importancia menor porque España es una democracia abierta y nuestro Estado es no confesional. Hay una tradición católica, muy arraigada en nuestro país, y eso ha hecho que muchos ministros a lo largo de la historia hayan prometido o jurado el cargo con símbolos católicos.
El hecho de que no hayan aparecido en esta ocasión tiene que ver más con la intención de señalar el progresismo y de diferenciar el nuevo gobierno. Es algo simbólico.
¿Cree que puede afectar a la condición de la Iglesia en España, en cuanto a subvenciones y ayudas?
No hay que plantearlo como si fuera una lucha. Creo que hay muchos otros temas de debate más importantes en nuestro país, que tienen que ver con el mantenimiento de la estabilidad económica, con transmitir una idea de normalidad institucional, que es lo que se ha producido aunque haya sido de una manera tan rápida y fulminante.
Lo que demuestra el cambio de gobierno es el funcionamiento correcto de las instituciones españolas, con una justicia independiente que ha sabido valorar los primeros casos de corrupción sobre los que ha tomado una decisión, que ha tenido como consecuencia que el Parlamento haya decidido no continuar con un gobierno del PP, partido en el que algunos de sus antiguos miembros están encausados.
El proceso transmite la limpieza del estado democrático y de las instituciones españolas, la madurez del sistema y la diversidad de orientaciones políticas e ideológicas dentro del país.
Indudablemente es un gabinete que ofrece orientaciones distintas de las que había en el sentido de que incluye más miembros en el gobierno independientes de los que había en la administración del PP.
Eso significa que el partido socialista ha utilizado a la sociedad civil en este proceso de transición (yo no diría de cambio porque el cambio deberá ocurrir después de que haya una convocatoria electoral, que me imagino que será cercana) y, por consiguiente, habla de la madurez de la sociedad española en cuanto a su nivel de compromiso e involucración en el normal funcionamiento de las instituciones de nuestra democracia.
¿Qué opina de la prevalencia de mujeres en el gabinete?
Lo tomo como algo positivo desde el punto de vista que la igualdad. Es un valor que en este momento tanto la sociedad española como la internacional están intentado promover y asentar en las instituciones públicas y privadas. No hay una intención política especial, sino el gobierno hace eco de lo que es un clamor internacional que desborda el caso español y que se produce en el resto de países europeos, de Oriente Medio y demás.
En el gabinete ministerial se ven tecnócratas y nuevas caras…
Yo destacaría dos. Por un lado, el nombramiento de Josep Borrell, que es muy importante. Siendo un miembro del partido socialista tiene un perfil de tecnócrata porque su trayectoria siempre ha estado ligada a la administración pública, tanto como funcionario de alto nivel del Estado español como de representante de alto nivel en las comunidades europeas.
En segundo lugar, destacaría el nombramiento del juez Fernando Grande Marlaska como ministro de Interior, que ha sido recibido por amplios sectores de todos los aspectos ideológicos en España como algo positivo, no solo en sectores progresistas y cercanos a los socialistas, sino en sectores liberales y me atrevería a decir que también en partidos conservadores.
En el gabinete no hay representantes de Podemos ni de los partidos independentistas que apoyaron a Sánchez para que saliera adelante la moción de censura que acabó tumbando a Rajoy. ¿Se pueden sentir traicionados?
El presidente Sánchez ha recibido apoyos totalmente coyunturales o circunstanciales para lo que ha significado la moción de censura, es decir, para poner de manifiesto un claro rechazo mayoritario por parte del parlamento a un partido que ha vivido etapas de corrupción lamentables en el pasado.
Eso es una cosa y otra bien distinta es que el gobierno de España no vaya a tener representantes y dirigentes y ministros que no sean defensores de la Unión Europea, de la Constitución española y del orden institucional español y europeo.
Cualquier otra cosa hubiera sido sorprendente y Sánchez ha mantenido la coherencia del Partido Socialista en los años de historia democrática. Los propios partidos que apoyaron a Sánchez han reconocido que su voto significaba más un no a Rajoy que un sí a Sánchez.
Dos de los principales retos que enfrenta Sánchez son la independencia de Cataluña y la continuación de la recuperación económica del país. ¿Cómo cree que va a abordar tales desafíos?
El reto de la independencia de Cataluña es más amplio que la mera independencia de Cataluña. Tiene que ver, en primer lugar, con la crisis económica e institucional de Cataluña que el gobierno español tendrá que ayudar a resolver en beneficio de los catalanes.
No hay un problema de independencia sino de desgobierno provocado por un proceso ilegal iniciado por partidos catalanes (alguno bajo el paraguas del independentismo, pero que a lo mejor esconde otras intenciones).
Por consiguiente, la labor del gobierno socialista será amplia: mantener el orden constitucional, establecer cauces de diálogo para reconducir la situación hacia la legalidad y mantenerse firme en el respeto a la ley y a las decisiones judiciales, que igual que han afectado al PP van a afectar en los próximos meses también a antiguos miembros de los gobiernos catalanes en el pasado.
¿Prevé que el artículo 155, que permite al gobierno central intervenir en Cataluña, va a seguir vigente?
Me temo que es un tema del que han hecho bandera los partidos independentistas pretendiendo hacer ver que el Estado español está asumiendo poderes y competencias que no le corresponden y es exactamente lo contrario: el Estado español se ha visto en la obligación de utilizar un artículo de la Constitución para garantizar los derechos de los ciudadanos catalanes, algunos de ellos con posiciones independentistas y otros no.
¿Y qué opina respecto al otro reto, el de la recuperación económica?
De momento los indicadores económicos han recibido con normalidad este proceso de cambio político en España. Yo creo que la actividad económica está garantizada teniendo en cuenta que es un país integrado de manera relevante dentro de la Unión Europea tanto en su voluntad mayoritaria como en su propia dimensión económica.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal de EL TIEMPO
MADRID