Alberto Velasco Rosado
Rafa Nadal se despide del Open de Australia recibiendo la ovación del público del Rod Laver Arena. Algo duro para uno de los mejores tenistas de la historia, que llegaba a Melbourne defendiendo la corona y se marcha con problemas físicos y cayendo ante el estadounidense Mackenzie McDonald, que sorprendía al campeón para llevarse el partido por 4-6, 4-6 y 5-7.
«No me quería retirar. Estaba defendiendo el campeonato aquí. No quería abandonar la pista con una retirada. Mejor que eso, a final he perdido», tras haber perdido en segunda ronda.
Pese a lo ocurrido, Rafa felicita a su rival y demuestra su elegancia: «Nada que decir. Felicidades a mi rival, esto es el deporte. Intenté dar lo mejor hasta el final, no importan los obstáculos».
El manacorí empezaba el partido renqueante y cediendo demasiado con sus segundos servicios, algo que no suele ofrecer. El estadounidense ganó el 63%, con la mayoría de sus errores no forzados, en total 31. La red fue un impedimento de más para Rafa que terminó golpeando la raqueta en el banquillo, debido a su frustración.
En el segundo set, intentaba una carrera para alcanzar una bola y sintió molestias, concretamente en la parte alta de la pierna izquierda, en la unión con la cadera. Finalmente, entró en vestuarios para ser atendido.
Las opciones de remontar el partido se le agotaban, la cara de su mujer Mery Perelló en la grada era de preocupación ante el ‘quiero y no puedo’ de Rafa.
Eligió morir de pie y con la raqueta en la mano, McDonald se llevaba el segundo set y todas las cámaras enfocaban al tenista español que intento complicarle la vida al norteamericano todo lo que pudo y algo más.
«No puedo decir que no estoy mentalmente destrozado porque estaría mintiendo», declaraba tras el partido. También que «había notado algo en los días previos» en la cadera, «pero nada como hoy».
Esta derrota le hace caer puestos en el ranking ATP, ocupando la sexta posición.
Tendrá su primera oportunidad de revancha en el mes marzo, cuando se dispute Indian Wells, un mes después en el Mutua Open de Madrid y más adelante en su torneo fetiche, Roland Garros.