Israel significa el que lucha con Dios. El pueblo que lucha con Dios si se traslada a la comunidad histórica que conocemos tanto y tan bien los europeos. A la comunidad política que se conoce tanto y no tan bien en nuestro tiempo. Cuando el gobierno de Israel envió a Alón Bar como Embajador a España, le encomendó la tarea de explicar mejor el significado de su pueblo en nuestro país. Y le encomendó también la tarea de aproximar a los sectores moderados de ambas sociedades para reconstruir la imagen que el estado israelí había sepultado en 2008 bajo los escombros de Gaza. “No somos tan malos como se nos lee en la prensa. No hacemos todo bien, pero los medios de comunicación resaltan solamente nuestras acciones militares”.
Alón Bar vino a la universidad con la intención de explicar el sentido político de un estado democrático en una región violenta y agresiva en la cual los radicales islamistas se han hecho fuertes con el argumento de que Israel es el enemigo común de quienes piensan que las almas y los territorios son de Dios. Al concluir la charla que pronunció en nuestra universidad, los alumnos de Periodismo, Imagen Exterior y Relaciones Internacionales le aplaudieron por sus razonamientos políticos y por sus formas amables. Y le aplaudieron también para fortalecer su voluntad.
Con el reconocimiento del estado palestino, los parlamentos europeos no pretenden dejar indefenso a Israel. Los gobiernos democráticos europeos quieren fortalecer a los dirigentes moderados y forzar la paz. Pero los israelíes no lo ven así: “cualquier reconocimiento que se produzca fuera del proceso de negociación bilateral, fortalecerá a las posiciones más radicales de los palestinos, que siguen existiendo en grupos terroristas como Hamás”.
Alón Bar y el gobierno democrático de Israel tienen la responsabilidad de mantenerse firmes frente a quienes quieren hacer desaparecer las libertades entre las banderas y los símbolos. La misión de explicar que luchar con Dios significa luchar a favor de los derechos y de la paz, y en contra de todo lo demás.
José María Peredo Pombo, Catedrático de Comunicación y Política Internacional de la UEM