Como si se tratara del principio de una nueva era de relaciones internacionales, el Papa Francisco visitó Cuba y Estados Unidos en pleno proceso de acercamiento diplomático entre los eternos rivales durante medio siglo de guerra fría en América. Este acontecimiento ha supuesto un momento histórico, que ha generado mucha expectación y multitud de opiniones en todo el mundo.

 El Pontífice argentino se presentó a sus seguidores en Estados Unidos “como un pastor, más que como un profeta”. Su carácter amigable, cercano y moderno, posibilitó que su mensaje llegara a todas las escalas sociales, desde los más pequeños hasta los más longevos, desde los más ricos hasta los más modestos, etc. Estas facetas de su forma de ser, le distinguen como un referente del catolicismo más actualizado y más “humano” que sus predecesores. Según ha confirmado la revista Time, Francisco llegó unos quince minutos más tarde de lo previsto a su meeting en La Casa Blanca con Barack Obama, porque se detuvo para hacerse selfies con todos aquellos escolares que asistieron al evento.

Pese a que en el siglo XXI, la figura del Papa se vea desde algunos sectores de la sociedad como un liderazgo anacrónico y excesivamente tradicional Francisco muestra un perfil más cercano para transmitir un mensaje de paz y concordia en dos países donde la importancia de la Iglesia Católica se ha mantenido a pesar de los años de comunismo en Cuba y de exaltación evangélica en los Estados Unidos.

El Papa Francisco ha sabido manejar durante este viaje un renovado concepto de imagen pontificia. Se paseó por las calles de Washington en un Fiat negro y la revista Time le califica como una persona que “día a día intenta aprender y a sus 78 años de edad, siempre intenta hacer hueco en su agenda apretada para ampliar sus fronteras”.

Su viaje a tierras americanas ha sido también aprovechado para disipar alguno de los conflictos que han surgido en Estados Unidos recientemente, como la propuesta del gobernador de Kentucky, Kim Davies, rechazando el matrimonio de personas del mismo sexo, o la negativa de Ben Carson a aceptar un presidente de origen musulmán. Para ello, se hizo referencia a una cita de Mahatma Gandhi, el cual dijo: “los que creen que la política y la religión no están conectadas, no entienden ninguno de estos dos conceptos”. Francisco corroboró esta frase de Gandhi, afirmando que en Estados Unidos la religión y la política siempre han estado estrechamente unidas desde el nacimiento del país. Otro de los temas tratados en su meeting estuvo relacionado con el cambio climático y cómo la moral de todos debe contribuir a solucionar estos problemas ambientales de la era moderna que resultan de importancia global.

Con la reciente visita del Pontífice, es inevitable rememorar otras visitas al continente americano por parte de otros líderes religiosos. Pablo VI fue el primer Papa en visitar Estados Unidos en 1965. Juan Pablo II visitó en siete ocasiones el país durante sus veintisiete años de papado, en los que se reunió con presidentes americanos desde Jimmy Carter hasta alguno más reciente como George W Bush. Pero como dato curioso, ninguna de estas visitas tuvo lugar durante la nueva era o era digital que vivimos hoy día.

Este último aspecto informático y tecnológico también ha tenido efecto en Francisco, que se ha sumado a esta vanguardia, creando una cuenta de Twitter personal, que actualmente tiene más de veinte millones de seguidores entre los que no solo se encuentran católicos, sino también jefes de Estado, y otros seguidores que no profesan la religión católica pero coinciden en el punto de vista humanista de este Papa.

Con la reunión en La Casa Blanca con el presidente Barack Obama, que un año antes en otro encuentro en el Vaticano se había declarado admirador de Francisco, y su “Dios bendiga América”, el Papa Francisco despidió su visita a Estados Unidos.

No obstante, su paso por América no solo se ciñe a la visita a Estados Unidos. Antes de aterrizar en Estados Unidos y tras el fin del bloqueo a Cuba, el pontífice también visitó el país y se reunió con Fidel Castro. En su paso por la isla, también se mostró muy cercano con los más desfavorecidos. Francisco volvió a recalcar que “la iglesia se está reformando y está ampliando sus horizontes”, sobre todo geográficamente en países con graves problemas como Cabo Verde, Tailandia, Haití o Tonga, en los que pretenden realizar una gran labor social y humanitaria en favor de los más desfavorecidos.

Otro de los objetivos que desea alcanzar el Papa Francisco es que “muchos recobren la fe en la Iglesia Católica”. Reiteró “la importancia de la ayuda y el servicio hacia los demás, como aspecto fundamental de cualquier sociedad”. Y destacó “sus raíces argentinas” las cuales han servido para que en Latinoamérica, su figura sea aún más carismática y tenga mayor repercusión.

En su encuentro con el presidente cubano Raúl Castro, trató temas como la ruptura del bloqueo por parte de Estados Unidos o la importancia de que la iglesia católica recobre la confianza de las familias, que son la base principal de la sociedad. Como colofón a su visita al continente americano, el Papa Francisco recordó que en Noviembre visitará África como símbolo de la internacionalidad de la iglesia.

                                                                                                    Víctor Sánchez