La crisis ha llegado al deporte. Y tanto que lo ha hecho. Que se lo pregunten al Xota. El navarro es uno de los equipos clásicos de la Primera División del fútbol sala español. Clasificado para la Copa de España -donde ya ha participado ocho veces- y quinto en la tabla liguera, los resultados en la cancha no se han visto afectados a pesar de que el conjunto está obligado a reinventarse año tras año. Culpa de la crisis. Los fichajes internacionales quedaron atrás y han dado paso a una de las plantillas más jóvenes de la categoría, íntegramente nacional y donde la cantera es la protagonista. Siete de los catorce jugadores han salido de las categorías inferiores del club: Dani y Javi Saldise, Roberto Martil, Íñigo Amezketa, Asier Llamas, Álvaro Fuertes y Javi Eseverri, un viejo rockero de este deporte que afronta su 18ª temporada en el club, 16 en la máxima categoría.
Ellos son los encargados de mantener en lo más alto a uno de los equipos punteros de Navarra, el que más afición reúne en sus gradas tras Osasuna. Un equipo familiar, en el sentido más literal del término, que se encuentra en uno de los momentos más delicados de su historia debido a la crisis económica y cuya directiva se ha visto obligada a pedir un préstamo personal para abonar algunas de las mensualidades de jugadores y técnicos.
La historia del Xota arranca en 1978, cuando un grupo de amigos de Irurtzun fundaron un equipo amateur. El actual presidente y por entonces jugador José Antonio Arregui, más conocido como Tatono, tomó las riendas y buscó inversores para competir en categorías regionales. Ya era un equipo semiprofesional y en 1989 llegó a la tercera categoría. Cuatro años después debutó en División de Plata de la mano de la constructora MRA, que entró a patrocinar al conjunto y permitió su acceso al profesionalismo.
Y 1998 fue su año. Un año en el que el Xota quedó campeón y ascendió a Primera. Fue entonces cuando decidió ponerse como apellido Navarra y trasladar su sede a Pamplona para jugar en un pabellón adecuado a las exigencias de la máxima categoría. Tras varios años luchando por la permanencia, en 2002 los verdes se impusieron miras más altas, terminaron quintos y jugaron su primer play off por el título. Su mejor temporada fue la 2009/10, donde eliminó a Inter Movistar y Caja Segovia y fue subcampeón de Liga tras caer en la final frente a ElPozo Murcia. Imanol Arregui, hermano del presidente, era ya el entrenador. Y continúa siéndolo a día de hoy, acumulando trece temporadas en el banquillo navarro y convirtiéndose en uno de los técnicos más longevos de la categoría.
Fue en 2010 cuando arrancaron los problemas en las arcas del club. MRA cesó su patrocinio y el Xota tuvo que reducir un 25% su presupuesto debido a los problemas para encontrar un patrocinador. Finalmente la empresa de maquinaria agrícola Triman estampó su nombre en la camiseta. Hasta este verano. A pesar de los esfuerzos de Tatono, los navarros volvieron a reducir su presupuesto porque arrancaron la temporada sin patrocinador principal hasta que ya entrado el invierno llegó Magna. Y el propio Tatono ha sido esta semana el encargado de hacer pública la crítica situación de las arcas verdes. Los 40.000 euros que el Gobierno de Navarra adeuda al Xota en concepto de subvención ha obligado a la directiva a poner dinero de su propio bolsillo para que cobren sus jugadores. Unos jugadores que están sabiendo dejar aparcados los problemas extradeportivos cuando saltan a la cancha, que mantienen al equipo en la zona noble de la tabla pese a las dificultades y que en apenas tres semanas viajarán a Logroño para afrontar su novena Copa de España. Ya son todos unos expertos en reinventarse.
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