España se ha convertido este año en el país del mundo con mayor aumento de turistas chinos respecto al año anterior durante el Año Nuevo lunar, una festividad que cada vez más chinos aprovechan para viajar al extranjero.
«Cada vez hay más gente que viaja a España», asegura a Efe Claudia Gu, una guía china que está recorriendo la península, partiendo de Lisboa y pasando por hasta ocho ciudades españolas, como Sevilla o Barcelona, con una veintena de clientes de entre 25 y 70 años.
En este Año Nuevo chino, que ha dado entrada al Gallo de Fuego, la principal agencia online del país, Ctrip, vaticinó un nuevo récord: más de seis millones de salidas.
Tailandia, Japón o Taiwán siguen siendo líderes en el ránking de los destinos más visitados en estas fechas, pero España se ha convertido en el país de moda, registrando un crecimiento del 88,7 % del número de turistas con respecto al año anterior, según la firma de análisis ForwardKeys.
Esta tendencia alcista se corresponde con otros indicadores, como los visados de turismo otorgados por los consulados españoles en China, cuyo número se incrementó en 2016 un 45,7 % respecto a 2015, según datos facilitados a Efe por la Consejería de Turismo de la Embajada de España.
La mejora de la conectividad entre ambos países ha sido clave, explica en declaraciones a Efe el Consejero de Turismo español, Darío Polo.
En el último año, se ha pasado de dos conexiones aéreas a seis, y este 2017 es muy probable que se pongan en marcha otros dos vuelos entre China y España.
Polo también destaca el «radical cambio» del perfil del turista chino que viaja a España, pues aquellos que lo hacen en grupo han dejado de ser mayoría y ahora priman los «viajeros independientes», a los que se intenta atraer a través de las redes sociales e internet, con campañas de promoción en grandes portales como Ctrip, donde reservan sus vacaciones.
A pesar de este rápido crecimiento, España sigue lejos de los países más visitados por los chinos. De los 120 millones de ciudadanos del gigante asiático que viajaron por el mundo en 2015, sólo 400.000 optaron por España.
«Los requisitos para la zona Schengen son difíciles», asegura en declaraciones a Efe un empleado de una agencia pequinesa dedicada a solicitar estos permisos de viaje.
El trabajador, apellidado Jiang, hace referencia al llamado visado biométrico, que se aplica a China desde octubre de 2015 y para el que es necesario las huellas dactilares y una fotografía digital, lo que complica el proceso en comparación con otros países que no paran de implementar medidas flexibilizadoras para conseguir una porción más grande del enorme mercado turístico oriental.