En la vida de los futbolistas, como en la vida de cualquier mortal, existen factores externos que condicionan o modifican su actividad principal (trabajo). Actualmente en el deporte rey, se ha generado una ola de eventos desafortunados, ocasionados en diversos jugadores motivados por el fenómeno del estrés en los deportistas.
De los cuales, resalta el caso de Neymar, la prensa sensacionalista, poco tiempo atrás destacó su ruptura con su novia en Brasil, aparte de la situación en torno a su fichaje (la cual es bastante turbia); lo que ocasionó en el jugador, más allá de un bajo rendimiento, un esguince en los tendones peroneos del tobillo izquierdo, que lo deja apartado de la convocatoria del “Tata” Martino por algunas semanas, para mala suerte del Barça, cuando regresa uno de sus astros recuperado y con óptimo estado de forma, Lionel Messi, se les lastima la otra figura del cuadro culé.
Otro caso similar, fue el acaecido en la Casa Blanca, tras el monumental fichaje del galés Gareth Bale, por una cifra astronómica, gracias a su excelente condición física, demostrada en el Tottenham Hotspur, a éste le bastó llegar a la capital madrileña para lesionarse por poco más de un mes luego de disputar tan solo unos pocos minutos con los merengues en su encuentro contra el Villareal, posiblemente motivado a la ansiedad del ídolo madridista por demostrar en el campo su valor.
De igual manera el estrés o tristeza en los futbolistas tocó las puertas de la casa juventina, ni más ni menos que la víctima fue el “cerebro” de los de Turín, Andrea Pirlo, quien recientemente anunció su divorcio con su esposa Deborah Roversi. Poco después de volver de una lesión, que lo dejó fuera de acción por poco más de un mes, en el pasado mes de diciembre. Y en la actualidad, pese a su total recuperación, su entrenador, el estratega Antonio Conte, le “ha dado descanso”, reservándolo para juegos más importantes. Quizás el técnico de la Juventus teme la recaída de su armador.
Resulta paradójico, ver como a otros futbolistas la vida se les da tan cómoda pese a estar frente a los focos de las cámara todo el tiempo, sin embargo, siempre están de fiesta y hacen de su vida “un carnaval”. Caso muy puntual el de Ronaldinho, que tal vez ahora no esté en su mejor forma, pero, ya ha ganado todo, y ha jugado para los mejores clubes del planeta, pese a su espíritu alegre y dicharachero.
Entonces qué deben hacer estos jugadores, ¿Dejar de sentir, para no afectar su carrera y sus clubes? ¿Habría que ser más “light” como “Dinho” y vivir “la vida loca”? ¿Acaso su tristeza o presión ante los medios los puede lesionar?
Amanecerá y veremos… Mañana es otro día.
Jesús Daniel Hernández Cortés @JessHernndez19
Claudio Giovannucci @CGiovannucci11