El pasado 5 de mayo, se celebró, en el Campus Tecnológico de la Fábrica de Armas de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Toledo, la entrega de los VIII Premios Internacionales de Traducción Rey Abdullah Bin Abdulaziz, presidida por el príncipe Abdulaziz Bin Abdullah Bin Abdulaziz de Arabia Saudita.
La Escuela de Traductores de Toledo recibía el premio internacional de traducción, uno de los motivos por los que, por primera vez en los ocho años de trayectoria de este galardón, el acto se ha celebrado en España.
El Presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García-Page, además de acudir al evento, entregó un premio no exento de polémica. Y es que, entre las 14 personas galardonadas, se encontraba una mujer vestida con un niqab que le cubría la totalidad de su cuerpo y rostro, apenas pudiéndose intuir unas gafas en la fina ranura a la altura de sus ojos.
Hay que tener en cuenta que preside la entrega de premios el príncipe de un país como Arabia Saudita, donde se están denunciando a diario desde Occidente la vulneración sistemática de los derechos humanos, sobre todo para las mujeres. Si a esto le sumamos una imagen tan representativa del extremismo en materia de igualdad como es la premiada completamente tapada con el niqab, la revolución mediática, lógicamente, está servida.
¿Tiene cabida el niqab en una universidad pública en España? ¿Debe un gobernante socialista apoyar un acto de un estado considerado de los más machistas del mundo?
Declaraciones de un portavoz de García-Page, indican que no habían sido informados “de la asistencia de esta señora ni de su vestimenta” y que de haberlo sabido, no saben si el presidente de la comunidad hubiese acudido.
¿Es esto una excusa o, de ser verdad, se trata de un gran error del equipo de protocolo del presidente? Ante cualquier acto es muy importante para una autoridad conocer el objetivo del acto, su papel en él, dónde se le va a ubicar y quién va a acudir. En esta ocasión, con más razón, ya que se va a encontrar con asistentes de otras nacionalidades, con otras culturas y, por tanto, deberá ser asesorado sobre sus costumbres para saludar y dirigirse correctamente.
Este trabajo previo del equipo de protocolo es fundamental para preservar la imagen de toda autoridad en un evento, y muestra de ello es este caso, donde un prestigioso premio que recibe la Escuela de Traductores de Toledo es empañado y eclipsado por la imagen del presidente de la Castilla la Mancha junto a la misteriosa mujer del niqab.
Berta de los Ángeles Estebán