Julia Martínez Pulido

Pese a que desconocemos el mundo del metaverso, sí conocemos los peligros que nos acechan una vez entramos por su indudable falta de seguridad. Ya son varias denuncias de abusos sexuales. 

El metaverso parece ser la nueva revolución digital, ya que algunos estudios aseguran que en 2026, un 25% de la población pasará al menos una hora al día en él. Se trata de un mundo virtual inmersivo en el que nos enamoraremos, compraremos todo lo que esté a nuestra disposición, – que quizás en la vida real no -, podremos cambiar fácilmente de aspecto físico, y nos moveremos allá donde queramos. Pero también estaremos expuestos a muchos peligros, ya que esta realidad virtual es más complicada de vigilar y controlar por las autoridades.

Nina Jane Patel denuncio el año pasado que su avatar fue acosada sexualmente en varias ocasiones, y no se la tomó en serio. Pero el metatarso parece que está cobrando importancia poco a poco y la seguridad es una de sus mayores problemáticas, ya que carece de ella. Nina, en su caso, contó varias experiencias. Una de ellas fue en grupo, otra fue al minuto de conectarse… pero hay más. «Tres o cuatro avatares masculinos, con voces de hombre, violaron virtualmente a mi avatar y sacaron fotos», describía la investigadora del metaverso británica.

Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas, cree que la mayor parte de los peligros a los que nos vamos a exponer en el metaverso serán «de carácter económico, grandes estafas», y que se exagera con los delitos sexuales, «porque, al menos en principio, el metaverso no es un espacio descontrolado. Se trata de espacios creados por empresarios… O por ciberdelincuentes. Es como si hablamos de la nube. La nube son servidores que pueden estar en España, en una empresa, y esa empresa es responsable de lo que sucede en su nube. O pueden estar en un país sin legislación digital y donde nadie se haga responsable».

El robo de datos y la extorsión, tener un espacio económico sin regular abierto a estafadores y ciberdelincuentes, las conductas violentas, y las captaciones de menores para su posterior trafico u organización terrorista, son algunos de los peligros a los que nos expone el metaverso, y todo esto por la ausencia virtual de un entorno de seguridad. 

Es muy difícil rastrear muchos movimientos porque ni en el espacio metatarso ni en el espacio cripta hay una regulación como en el mundo físico.