El número 1 del mundo, Rafael Nadal, conquistó este fin de semana el ATP 500 de Río de Janeiro al doblegar al ucraniano Alexander Dolgopolov por 6/3 7/6. El español conquista así su título número 62 y se coloca como el séptimo tenista con más triunfos de la historia.
Rafael Nadal llegaba a Río de Janeiro con la duda de cómo respondería tras la lesión de espalda que sufrió en la final del Open de Australia y que le impidió competir la semana pasada en Buenos Aires. Una semana después no queda ni el más mínimo rastro de esas inquietudes.
Probablemente, el mejor escenario para volver después de una lesión tan dolorosa, en lo anímico, como la de Australia, era este, la tierra batida. Ese polvo de ladrillo donde Nadal ha conseguido sus mayores gestas y sobre el que es el mejor jugador de la historia.
El inicio del torneo ayudó a Rafa a ir encontrando las sensaciones perdidas hace poco más de un mes. Un debut plácido tanto en el resultado (6/1 6/2) como en lo tenístico ante Albert Montañés daba confianza a Nadal. Una confianza que seguiría viéndose reflejada en el encuentro de cuartos de final, donde barrería de la pista al jugador local Joao Souza por 6/1 6/0.
No había mejor forma de empezar. Tan solo cuatro juegos cedidos hasta llegar a semifinales. Sin embargo, cuando todo parecía que sería un camino de rosas, apareció otro español, Pablo Andujar, para poner en más de un aprieto al manacorí. En un partido repleto de emoción, Andujar comenzó sorprendiendo a propios y extraños y pronto se llevó el primer set por un sorprendente 6/2. Nadal parecía haber perdido todo tipo de sensaciones al golpear la bola. Incluso los movimientos eran más lentos de lo normal. La normalidad volvió al segundo set con un 6/3 para Rafael. En el tercero Andujar parecía haber bajado los brazos cuando Nadal se disponía a ganar el partido con 5/4 y servicio, pero no fue así. Pablo luchó y consiguió llevar el partido a un tie break que será recordado durante muchos años. Tras varias bolas de partido para uno y otro bando, Nadal accedería a la final al llevarse el mismo por 12-10.
La sufrida victoria ante Andujar fue encajada por Nadal como una nueva prueba más de su mejoría. Había sabido sufrir en un momento difícil de su juego y con pocos partidos a sus espaldas tras su reaparición.
En la final se vio las caras con el ucraniano Alexander Dolgopolov que el día anterior había dado una de las grandes sorpresas del torneo al vencer al segundo favorito, David Ferrer. Nadal comenzó la final de forma autoritaria. 6/3 en poco más de 40 minutos le ponía en ventaja. En el segundo set, se repetiría la historia del tercero ante Andujar. Nuevamente saque para ganar el partido y el español que no es capaz de cerrar, llevando el set a un nuevo tie break. Esta vez, Nadal estuvo mucho más calmado y preciso para llevarse la muerte súbita por 7-3 y el título en Río de Janeiro.
Con este triunfo Nadal espanta de un plumazo cualquier tipo de dudas sobre su regreso tras el varapalo de Australia y aumenta su ventaja al frente del ranking mundial sobre el serbio Novak Djokovic.
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