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No programar cultura antes de las dos de la madrugada

No deja de sorprenderme como la creciente e indignada voz de la sociedad se alza contra lo que, según todos, es una de las mas lacerantes lacras para nuestra convivencia y, al tiempo los mismos medios que hacen campañas necesarias para combatirla, nos programan realities que atentan zafiamente contra la igualdad en los derechos económicos, políticos y sociales de hombres y mujeres.

Ya sé que el mando a distancia permite admitir o no esos contenidos en nuestra casa. Pero ese argumento podría valer para que se pudieran emitir toda clase de estupideces, brutalidades u ocurrencias infrahumanas. No es una opción tener que evitar la indignidad.

Dar carácter de entretenimiento a que tres, cuatro o equis personas se postulen para ser elegidas por otra, en base a méritos ajenos a la inteligencia, la capacidad, sensibilidad, etc., acota mucho las cosas. Y así se puede ver y escuchar algún espécimen humano, casi siempre varón, en sesuda reflexión sobre si opta por la que cocina mejor o la que él cree que ocupa mas espacio al sentarse.

Esta antigua y odiosa forma de entender las relaciones entre seres humanos es la que sintetiza los valores o la ausencia de los mismos, de quienes se alzan en su “supremacía” y consideran que adquieren para su propiedad lo que han seleccionado. No faltan quienes, ya cosificados, muestran su satisfacción por la distinción y aseguran ser “muy de su casa” y aspiran a un dueño que sea bien celoso de su propiedad.

Quizá la falta de recursos, de educación real y otras mil circunstancias explique el hecho de que haya quien se someta a semejante espectáculo. No me es posible responsabilizarles, al menos totalmente. Pero esos ejecutivos cultivados, amables y empalagosos que persiguen las audiencias de sus medios de comunicación, que quieren ser tratados como baluartes de la cultura y la libertad de expresión…esos saben lo que hacen, cómo y por qué lo hacen.

Al final es lo de siempre: si la gente lo ve, es la gente la que decide. Por eso lo mejor es no programar cultura antes de las dos de la madrugada, ni trasladar conocimiento o vida real de la gente real, no vaya a ser que con el fomento de valores de progreso, de entendimiento y capacidad de discernir, la gente real llegue a la conclusión de que algunos ilustres no tienen vergüenza. Insisto, lo del mando no vale. Por dejar la puerta abierta no invito a que me atraquen.

Ángel Pérez. Político

 

Sobre el Autor

Campus de Villaviciosa de Odón - Madrid
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Europea Media es la clínica de medios de la Universidad Europea. Europea News es el periódico digital de la clínica de medios.

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