Creyentes del “karma viajero” y de la “energía” universal, Rubén Señor y Lucía Sánchez le han dado la vuelta al mundo con su mochila al hombro.
Renunciaron ambos al trabajo en una agencia de publicidad, vendieron sus muebles, alquilaron su casa, cancelaron sus planes de pensiones y emprendieron el viaje de sus vidas. Son pareja, españoles y viajeros de nacimiento y por convicción. ¿A que no hay huevos?, se preguntaron una noche entre copas de vino y reflexión. ¡A que sí los hubo! 200 euros el billete de ida y sin retorno. Pekín activó sus sobrexcites.
La XXI Semana de la Comunicación de la Universidad Europea de Madrid les escuchó con atención en su jornada de apertura. “Nuestras mochilas van llenas de ilusión”, metaforiza Rubén, “porque su contenido no es tan importante. Tres camisetas, dos pantalones… pero sobre todo llevan mucha ilusión. Lo que realmente necesitas son cosas muy básicas”.
Viajan siempre por el orbe en periodo estival “porque se requiere de menos ropa”; jugando con los hemisferios y sus pretensiones. Además, explican, porque “molan mucho los veranos”. Comenzaron su andanza en el noroeste asiático, al que testaron durante seis meses para luego hacerse de Sudamérica y de los Estados Unidos. 22 mil euros no son tanto cuando apremia el intrínseco espabilo de la monotonía.
“Antes había hecho viajes de tres meses. Lo que pasa es que no los había hecho con él. Por eso no eran tan maravillosos”, cuenta Lucía. “Ella es la que hace que pasen cosas durante el viaje, la que se relaciona más con todo el mundo, la que juega con los niños, la que hace que te mentas, realmente, en un viaje diferente”, corresponde Rubén.
Ella considera que “viajar hace que te des cuenta de que el mundo no se acaba en tu país. Que, por lo que ves, te duela más el mundo y sus catástrofes. Luego quieres cuidarlo más, porque el mundo te parece maravilloso”, comparte. “Eso forma parte del viaje interior, del karma viajero, aquél donde parece que tienes un ángel de la guarda durante todo el viaje; el que te hace pensar que todo está conectado. Suceden muchas casualidades que te ponen de punta el vello”, rememora, emocionada..
China, Laos, Tailandia, Myanmar, Malasia, Singapur, Indonesia, Nueva Zelanda, Argentina y Paraguay figuran entre sus múltiples destinos. Fueron 15 en total. De cada uno, describen sus experiencias a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación. Señalan los problemas políticos y sociales que afrontan las naciones, y detallan las particularidades de su antropología e historia. Ni tarde ni perezosos decidieron profundizar en ellas, y pusieron en marcha ‘Algo que recordar’, una marca, un estilo de vida que les reditúa más de 20 mil visitas mensuales sólo en su página web. Están en casi todas las redes sociales hoy día imprescindibles.
Lucía reconoce que han estado “pensando en cómo volver a salir de viaje”, y que la rutina no los ha vuelto a atrapar. “Porque no hemos dejado que llegue”, bromea. “No es lo mismo viajar ahora que antes”, observa Rubén. “Viajar antes era irte a los desconocido, sin ningún tipo de comunicación. Ahora estás muy en contacto con la gente. Nuestras familias sabían más de nosotros durante el viaje, que ahora”. De momento, pre producen campañas publicitarias y están trabajando en un documental; entrevistaron a 15 mujeres -de los 15 países que visitaron-, a las que preguntaron sobre su concepción de la vida, sus creencias y valores… “Around them”.
Pero el sedentarismo se los come. En mayo emprenderán ya su nueva hoja ruta.
Por @Daniel_Chanona
Foto: Sara Rodríguez
