A las 14.20 horas de este domingo 14 de febrero, Esperanza Aguirre conmocionó al panorama político con su dimisión de cargo como presidenta del PP (Partido Popular) en Madrid. Aguirre convocó en la sede de Génova una rueda de prensa solo con media hora de anticipación y anunció que el PP de Madrid ahora queda a cargo de la Dirección Nacional ya que ella está dispuesta a “asumir sus responsabilidades políticas”. A pesar de que insistió que no tiene ninguna “responsabilidad directa” con el caso Púnica la “gravedad” de las acusaciones, que aún no se demuestran verdaderas, son suficientes para justificar su dimisión.
El mensaje: “La corrupción nos está matando a todos” surge a partir de varios hechos que ahora tienen graves repercusiones en el partido del presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy. Entre la Guardia Civil registrando la sede del partido, el encarcelamiento desde octubre del 2014 de su elegido secretario general, Francisco Granados, siendo tema principal en la Comisión por corrupción en la Asamblea de Madrid, el caos político relacionado con la presidencia y con el congreso regional del PP a tan solo tres meses de ser celebrado; se puede decir que ha sido un año movidito para este partido.
El abandono de este cargo después de 12 años supone una presión añadida para Rajoy, así se lo hizo saber Aguirre en su discurso: “No es momento de personalismos, sino de sacrificios y cesiones”. Ahora Rajoy está más acorralado que nunca por los incesantes escándalos de corrupción que podrían costarle su oportunidad de volver a formar Gobierno. La repentina dimisión, que algunos dicen haber visto venir, ha afectado la credibilidad de Rajoy.
Muchos políticos se han pronunciado con referencia a las consecuencias que ha causado esa retirada. La presidente de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha sido una que no se ha cohibido de expresar su opinión, ha declarado que Rajoy “está acabado” y parece que “en su propio partido lo quieren sacar a empujones». Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha expresado vía Twitter que la renuncia de Aguirre es una “dimisión en diferido”, ya que se mantiene como concejal y portavoz municipal en el Ayuntamiento de Madrid.
Otra afectada, pero de manera positiva es la actual presidenta autonómica de Madrid Cristina Cifuentes, quien es candidata a ocupar el puesto que ha se ha quedado libre. Además, a favor de Cifuentes cuenta que Aguirre no ha designado su posible sucesor. En estos momentos, será un gestora quien se ocupe de la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Estefanía Gordillo Gómez