En los últimos cinco años la palabra “Drone” ha ido cobrando más reconocimiento en la sociedad. Pero, ¿Qué es un Drone? ¿Para qué sirven? En la Universidad Europea hemos tenido el placer de asistir a una conferencia donde nos han desvelado todas estas incógnitas, gracias a la Escuela de Pilotos de RPAS Volaverunt Group.
La tecnología a la que hemos tenido acceso en los últimos años ha hecho posible la creación de estas aeronaves teledirigidas que hoy en día se utilizan para infinidad de cuestiones, tanto civiles, como en el campo audiovisual o militar entre otras. Pero, ¿Cómo comenzó esta idea?
La palabra “Drone” proviene de la lengua inglesa que viene a significar “zángano” en castellano, ya que el ruido que hacen estos insectos es parecido al de los dispositivos. También son conocidos como RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems). Pese a que éstos dispositivos llevan en funcionamiento desde principios del siglo XXI, no fue hasta el 2011 cuando se redactó la primera circular – la 378- en la que se reconocía a las aeronaves teledirigidas en la Organización Aviar Civil Internacional (OACI) como al resto de las aeronaves. Esto conllevó a sus respectivas leyes, tanto internacionales como nacionales.
En el ámbito nacional, se puede decir que la utilización de estos dispositivos es bastante restrictiva, ya que no se puede grabar ni a personas ni a casas. Los RPAS volarán por debajo de los 120 metros de altura, solamente durante el día y en un espacio aéreo no controlado (En los aeropuertos no se podría, por ejemplo). Para la identificación de la aeronave por parte de las autoridades, cada Drone deberá llevar una placa identificadora y el piloto habrá de tener un permiso especial para poder pilotar el dispositivo.
Este gran avance tecnológico trae consigo pros y contras. Por una parte, el hecho de no arriesgar vidas humanas, no estar limitados por capacidades humanas, su gran accesibilidad y el mínimo impacto medioambiental hacen de estos dispositivos una herramienta muy útil a la hora de desempeñar funciones como el control de tráfico, detección de incendios por infrarrojos, búsquedas policiales, etc… Pero no hay que olvidar, que no es oro todo lo que reluce. Tienen una dependencia de su autonomía, al igual que a las estaciones de tierra y también se encuentra con una gran dificultad de integración en el mundo aéreo de hoy en día.
Bien es cierto, que todavía quedan muchas cosas que mejorar e impurezas que limar, pero no cabe ninguna duda de que los Drones están en la vanguardia de la aeronavegación.
Sam Hatami y Schehrazada Parro