El Real Madrid, sin Cristiano Ronaldo, se topó con un búnker en Manchester mientras Gareth Bale fue el hombre escogido por Zidane para dirigir la tropa Blanca en Inglaterra. El galés se puso el traje de «comandante» y con su velocidad intentó hacer daño a la defensa ciudadana, que con un juego de trincheras perfecto, bloqueo la arremetida del «galgo».
Company y Otamendi fueron las bases del muro de contención construido por Pellegrini. Por los costados los franceses Sagna y Clichy cerraron las fronteras de cal, y, en primera línea, los brasileños Fernandinho y Fernando jugaron y rasparon evitando el paso de la incompleta apisonadora madridista.
La ausencia del astro portugués fue evidente, los blancos no supieron como moverse en territorio rival sin su referente. La BB no pudo sin la C. Benzema trató de asociarse sin éxito con sus compañeros, pero al final del primer tiempo se retiró al vestuario de donde no volvió. Su lugar fue ocupado por Jesé, que pese a ponerle ganas, tampoco encontró el ladrillo flojo del muro celeste.
Sólo a balón parado y en los centros de costado, el pelotón español pudo asustar a su contrincante. Primero Ramos estuvo a centímetros de anotar de cabeza. Casemiro y Pepe estrellaron dos remates a quema ropa contra el portero Hart, que con los brazos bien abiertos y sin quitar la cara, evitó con su abdomen el 1 a 0 del central portugués, a quien sólo le faltó el gol para firmar un partido más que brillante.
El City sacrificó el ataque por mantener el cero en su valla. Con el pitazo final hubo gritos y euforia en las tribunas. Alegría que, sin duda, bajó en gran medida, con la resaca postpartido, pues el Manchester City no pudo sacar rentabilidad ante un Real Madrid al que le faltó su comandante.
Jairo A. Castillo
@jairocastillo88
