ir a Europea Media

Rocío Asperilla Ruiz: “Los psicópatas poseen mayor sustancia gris en el cerebro que las personas normales”

Ignacio Salvador Gualda. Existen varios estudios que abordan la relación que existe entre la agresividad de una persona y la cantidad de la denominada sustancia gris presente en su cerebro. Según un artículo publicado en la revista “Muy Interesante”, las personas agresivas poseen una cantidad superior de sustancia gris en ciertas partes del cerebro, concretamente en las áreas mesolímbicas, donde se libera la dopamina. Investigaciones previas relacionan dicho neurotransmisor con el deseo y la recompensa, así como con comportamientos antisociales. Para hablar de este asunto entrevistamos a Rocío Asperilla Ruiz, licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma, especializada en Psicología forense y penitenciaria.

 

¿Es cierto lo que avalan diferentes estudios sobre la correlación entre la cantidad de sustancia gris y la agresividad?

 

Efectivamente, para entender el proceso, esto sucede ya que la vía mesolímbica, que es la zona del cerebro donde se libera dopamina (neurotransmisor relacionado con el deseo, la recompensa y los comportamientos antisociales), se encuentra conectado con el mesencéfalo, con el sistema límbico, la amígdala, el hipocampo, así como

Sustancia gris en el cerebro
Sustancia gris en el cerebro

con la corteza prefrontal, por lo que sí se libera excesiva dopamina en la primera fase (vía mesolímbica), eso afectará al resto de fases y por consiguiente se generará mayor agresividad.

La sustancia gris, está asociada con la agresividad, y además se han encontrado en mayor medida en personalidades psicopáticas (psicópatas), mostrando diferencias significativas respecto a la media, es decir, la cantidad de sustancia gris existente en el cerebro de una persona normal es menor que en la de una persona con un índice alto de psicopatía.

 

¿Sabe usted de la existencia de algún estudio fiable que corrobore esta información?

 

Hay varios, pero me gustaría destacar el elaborado en una cárcel de EEUU con población reclusa.

 

¿En qué consistía dicha prueba?

 

Dividieron a los reclusos en dos grupos: uno control (sin rasgos psicopáticos) y otro que sí presentaba dichos rasgos. A ambos grupos se les mostraron diferentes imágenes, comenzando con algunas placenteras (una mujer desnuda en postura sugerente y una familia feliz), continuando con una escena neutral (un teléfono) y terminando con escenas muy desagradables (un perro rabioso y un bebé con una herida terrible en el ojo).

 

Sobre un histograma, se midieron las reacciones de la población reclusa al mostrarles las imágenes anteriores, dando lugar a dos sentimientos diferentes: apetitivo (de placer), o evitativo (de malestar).

 

En los reclusos no psicopáticos (los que menos índice de agresividad mostraban), los sentimientos positivos eran elevados en las dos primeras imágenes; en la del teléfono no había sentimiento alguno; y en las dos últimas imágenes, las más desagradables, los niveles de dopamina habían decrecido y la conducta era evitativa; las escenas desagradables generaban una ansiedad en ellos.

 

Sin embargo, la respuesta de la población reclusa psicopática fue muy distinta. Si bien su reacción en las dos primeras imágenes (la chica desnuda y la familia feliz) fue de placer al verlas, las dos últimas (el perro agresivo y el bebé herido) incrementaron sus niveles de dopamina, sintiendo la misma apetencia por esas imágenes que por las primeras.

 

¿Y qué explicación puede darse a esa reacción de apetencia ante imágenes tan desagradables para la mayoría de la población?

 

La explicación a tan insólita reacción, es  que los psicópatas vieron en la imagen del perro y del niño a presas potenciales.

 

Con lo cuál podemos deducir que existen ciertas diferencias entre el cerebro de una persona agresiva frente al de las personas normales.

 

 

Sobre el Autor

Campus de Villaviciosa de Odón - Madrid
Email: europeamedia@europeamedia.es

Europea Media es la clínica de medios de la Universidad Europea. Europea News es el periódico digital de la clínica de medios.

Síguenos