La institución madrileña cuenta con un equipo de rugby que compite a nivel interuniversitario
El rugby es un deporte en crecimiento en España. El número de federados ha aumentado en los últimos años (33.000), así como el de entrenadores (casi 1.200) y espectadores, lo que representa visiblemente su progresivo desarrollo en nuestro país. Y pudo contar con un mayor respaldo, tanto de los medios de comunicación como de los organismos deportivos, si el destino no le hubiese deparado a la selección española tan cruel derrota en Bruselas el pasado 18 de marzo.
España se jugaba entonces ante Bélgica su clasificación directa para el Mundial de Japón 2019. Una cita anhelada puesto que sería su primera gran cita internacional en 20 años. Pero el 18-10 final y la controvertida actuación del colegiado rumano Vlad Iordachescu le privaron de ello. Tampoco lo pudo intentar siquiera en una repesca en la que finalmente no participó tras ser sancionada por alineación indebida. La Federación Internacional de Rugby fue tajante y, por si fuera poco, desestimó cualquier solicitud de repetición del tan polémico Bélgica – España.
Pudo ser un acontecimiento histórico y se quedó en una triste tarde para los ‘leones’, que no han renunciado a su sueño mundialista. Este mismo domingo, los de Santiago Santos se impusieron en el Central a Rusia (16-14), antes de afrontar sus siguientes compromisos ante Georgia y Rumanía. Sin duda, el XV del León sigue demostrando que, pese a las adversidades, puede plantar cara a cualquiera. Quizá ese afán por no rendirse, entre otros valores que transmite el rugby, hayan motivado a un grupo de jóvenes de la Universidad Europea a practicar un deporte con mucho camino aún por recorrer en España.
Es habitual encontrarlos entrenando los miércoles y los viernes en las instalaciones del Campus de Villaviciosa de Odón. Casi dos horas de ejercicios con y sin balón, supervisadas por el correspondiente ‘míster’, en las que además de divertirse practicando un deporte muy atractivo, también sirven como preparación para su próxima cita en el campeonato interuniversitario. Un torneo organizado por la Federación de Rugby de Madrid en el que participan prácticamente la totalidad de los centros universitarios de la capital española. La Universidad Complutense, la Francisco de Vitoria, la Rey Juan Carlos, la Autónoma o la Carlos III, entre otras, se reparten en dos grupos (A y B) de cinco y seis equipos respectivamente para la disputa de dos fases.
Así nos lo cuentan Guillermo y Carlos, dos de los integrantes de la plantilla que representará a la Universidad Europea a mediados del mes de febrero, cuando regrese de nuevo la competición. Aunque todavía no cuentan con mucha experiencia (apenas medio año practicándolo entre los dos) y lo suelen complementar con otras prácticas deportivas como el fútbol sala, ambos tienen muy claro que se trata de una disciplina a la que quieren seguir ligados. «A mí siempre me ha gustado el deporte de contacto. He realizado boxeo y me incorporé un poco para complementarlo y tal, además te facilitan mucho el ingreso», explica Carlos, quien considera importante también «el nivel físico que aporta«.
Ahora compañeros de equipo, cada uno se alistó por una vía diferente. «El antiguo entrenador de rugby era mi entrenador de fútbol, por eso pude hablar con él y meterme en el equipo», relata Guillermo, tras cumplir en diciembre un año completo como jugador. «En mi caso, mediante la publicidad que vi en los carteles de la universidad«, cuenta en cambio Carlos, incorporado este curso. Ambos coinciden en la versatilidad de las instalaciones del campus, entre las que destacan el gimnasio, aunque reconocen que les encantaría contar en el campo con «unos palos» para disponer dos porterías de rugby. Una tarea pendiente a largo plazo ya que entienden que «se premian algo más las instalaciones de fútbol porque es el equipo por excelencia de la universidad».
Para los dos jóvenes, el hecho de que el rugby sea un deporte poco conocido en España no es sino un aliciente más para que la gente se interese por él. «Animo a que lo prueben, también por cambiar un poco de registro porque siempre es fútbol, baloncesto… y la verdad es que se trata de un deporte muy competitivo donde se celebra mucho cuando se gana pero se acepta la derrota igualmente con deportividad. Yo creo que es un deporte de señores«, sostiene Guillermo. «La verdad es que es un deporte que te da disciplina, sobre todo a nivel físico y también mental», añade Carlos.
Y es que «aunque no todo el mundo está preparado para ir a darse mamporros contra otros», el rugby no es ni mucho menos solo eso, por mucho que algunos así lo vean, sino que promueve a la perfección virtudes como el «respeto hacia el rival y, sobre todo, el compañerismo en el equipo». Pocos deportes ejemplifican la solidaridad y la fidelidad como éste, porque «sabes que si tú no lo puedes hacer, tu compañero lo va a hacer por ti«.