Antonio Ruz, coreógrafo galardonado con el Premio Nacional de Danza en 2018, ha participado en la XXV edición de la Semana de la Comunicación de la Universidad Europea de Madrid con una charla sobre Presente su trabajo coreográfico más reciente estrenado en los Teatros del Canal en octubre de 2018. Junto a él ha estado Bruno Dozza, profesor de Creación Musical en la Universidad Europea y compositor de la música de Presente para explicar el proceso de creación y colaboración conjunta que hay detrás la obra.
Tras el éxito de Electra, una pieza situada en el mundo rural español, Ruz centró todos sus esfuerzos en trazar las líneas de una nueva obra concebida con la finalidad de aportar una mayor reflexión introspectiva a su creación. El resultado de este proceso fue Presente, una auténtica reflexión en movimiento. Según el mismo coreógrafo, Presente es una producción de danza contemporánea que “habla del tiempo, del instante y de los ritmos del cuerpo”. Los movimientos de su coreografía se basan en buscar los elementos viscerales, tribales y ritualísticos en el cuerpo humano y en la mundanidad de sociedad.
El coreógrafo cordobés declara que cada trabajo le inspira para adentrarse en un universo. En Presente la escenificación es mínima. Toda la composición del escenario se crea in situ mediante la luz, la oscuridad, la música, los movimientos y alguna que otra pieza de atrezzo que manipulan los mismos bailarines. Es el caso de una cuerda roja, por ejemplo, que asume diferentes formas, símbolos y emociones a lo largo de toda la obra como pueden ser la vida, el tiempo, el sufrimiento o la rabia.
El compositor milanés, Bruno Dozza, adoptó un papel crucial en la concepción de dicha obra mediante su aportación musical. Este se centró en mostrar la idea del tiempo mediante el sonido, proyectando así la inestabilidad del presente en el que vivimos. Para ello utilizó la técnica del canon, que se remonta a los cantos gregorianos de la edad media y que se centra en jugar con repeticiones y superposiciones de sonidos creando así un bucle interminable. Durante el extenso proceso creativo, Antonio tuvo que actuar como un puente entre los bailarines y la música que componía Dozza puesto que comprender la complejidad de esta requirió de un enorme esfuerzo por parte de todo el equipo involucrado.
Ruz y Dozza buscaron desafiar los límites del ritmo, la melodía y el equilibrio. Este proceso resultó en unas piezas muy lentas y extensas que en ocasiones pueden sonar tétricas o incluso disonantes por el hecho de que se rigen según su propia lógica y no según las concepciones preestablecidas que tenemos sobre qué es la música y cuál debería ser su propósito. Dozza utilizó pistas de instrumentos como el violoncello que “estiró” y deformó para obtener una enorme plasticidad y expresividad en el sonido.
Presente se puede considerar como toda una declaración de intenciones que nos reta a desafiar las convenciones preestablecidas sobre la danza, la música y los límites del cuerpo humano. La Compañía de Danza Antonio Ruz comienza con una gira que estrenará en Tenerife este junio que mostrará su producción a toda España.
Josep Oliver Juan, Jungyun Lee y Fátima Martín Sánchez
