La NCAA (National Collegiate Athletic Association) toma medidas extremas para poder salvar su situación económica debida al COVID-19.
El pasado 6 de abril se debía celebrar la final del March Madness, el torneo de baloncesto universitario más importante de Estados Unidos. Debido al coronavirus el torneo no se pudo jugar algo que jamás en su historia había ocurrido.
El torneo organizado por la NCAA (National Collegiate Athletic Association) se empezó a celebrar en el año 1939 y desde entonces nunca se había dejado de jugar, ni siquiera en la Segunda Guerra Mundial.
La cancelación del torneo no solo se convierte en un acontecimiento histórico sino que también representa una pérdida económica significativa para el deporte universitario estadounidense. Solo en el año 2019 el March Madness le generó a la NCAA 1000 millones de dólares, el 89% de los ingresos de la organización en todo el año.
Los números que convierten al March Madness en un negocio millonario
Ante la posible crisis económica a la que se enfrenta la NCAA por la cancelación de su evento más lucrativo, la organización ha decidido tomar medidas extremas para sobrellevar la pandemia y poder mantener los objetivos económicos planteados para la temporada. La medida que más ha causado polémica, es de permitir que los jugadores universitarios firmen contratos con patrocinadores, algo que hasta la fecha estaba prohibido.
Las mejores jugadas del March Madness 2019
La medida, que aún está en debate, generaría un ingreso incalculable para la NCAA y sus jugadores que aspiran llegar a la NBA. Sin embargo, muchos jugadores se oponen a esta decisión sustentando que el dinero puede acabar con la temprana carrera de estos jugadores.
Ante situaciones extremas como el coronavirus se necesitan medidas extremas para salir de la crisis y la NCAA no es ajena a este problema. La cancelación del March Madness se ha convertido en una locura para el deporte universitario estadounidense, que aún no ha visto lo peor de la crisis.
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