Andrés Berlanga
Ha pasado más de una semana desde que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, permitiese el baile en las pistas de las discotecas de la región, siempre con mascarilla y distancia de seguridad.
Con la justificación de que los indicadores epidemiológicos siguen mejorando continuamente en la Comunidad y con la intención de reducir el número de botellones masivos, la presidenta anunció esa ampliación de libertades en el ocio nocturno que han sido aplaudidas tanto por jóvenes como por los empresarios del sector.
En una entrevista para Trece TV el pasado 9 de octubre, Ayuso afirmó que “A partir de mañana [día 10 de octubre], ya vamos a abrir las pistas de baile en Madrid. Hay que tener en cuenta el ocio nocturno y las discotecas. Hay que dar alternativas a los jóvenes para que también tengan otros lugares donde divertirse [frente al consumo de alcohol en la calle]”. “Se publicará mañana en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. No va a haber estas restricciones y vamos a ver si poco a poco los botellones van bajando y, sobre todo, con la Delegación de Gobierno y las policías nos echan una mano para este problema”, dijo.
Sin embargo, esta medida -sumada, además, a la reciente eliminación de las restricciones de horarios y aforos- no ha sido suficiente para evitar los botellones. De hecho, durante el puente del Pilar, han sido interpuestas 1.104 multas por consumo de alcohol en la vía pública, una cifra superior a la de la semana anterior (886).
La dirigente madrileña reconoció el lunes 11 de octubre en el Centro de Arte Reina Sofía que «la culpa no es tanto del botellón en sí como de las personas que se aprovechan de estas concentraciones, de jóvenes, para cometer actos vandálicos, robos y peleas» y ha pedido a la Delegación del Gobierno en Madrid, encabezado por la socialista Mercedes González, que haga algo contra aquellas personas “que se aprovechan” de los botellones para cometer actos vandálicos. «Como es un fenómeno que atañe directamente a la seguridad, volvemos a pedir a la Delegación del Gobierno que actúe» y ha solicitado, también, que ayude a los policías locales de toda la región.
De todas formas, para evitar incidentes en la medida de lo posible durante el puente del Pilar, se desplegó un dispositivo policial especial con un refuerzo de 1.200 agentes municipales- sumados a los 300 diarios- y de 874 efectivos de la Policía Nacional, además de otros 100 agentes municipales para vigilar exclusivamente las fiestas del barrio del Pilar. A todo esto, se suma el habitual refuerzo de fin de semana para evitar botellones, que consta de más 200 agentes.
No obstante, todo ese despliegue no pudo evitar todo el follón y la noche del sábado al domingo -la más “complicada” según fuentes policiales – terminó con 55 detenidos, el Parque del Oeste desalojado y 9 personas atendidas por agresiones y heridas, algunas de ellas botellazos.
Más relajada, eso sí, la situación este fin de semana; el fuerte despliegue policial ha frustrado los macrobotellones en distintos parques de Madrid. En la zona del Parque del Oeste se realizaron registros a jóvenes y, si llevaban alcohol, se les requisaba; pero ha sido ahí mismo donde se incautaron 20 bolas de acero, tornillos y tuercas a cinco jóvenes que huyeron cuando la Policía iba a denunciarlos. No pudieron ser identificados, pero los agentes continúan sus indagaciones para proceder a su localización y detención.
Habrá que esperar a ver si, en las próximas semanas, las recientes eliminaciones de restricciones en las discotecas atraen a los jóvenes y disminuyen los botellones, sin necesidad de un gran despliegue policial más allá del habitual.