Marcos Rodríguez López
La guerra interna que está habiendo dentro del Partido Popular parece que empieza a cobrarse sus primeras víctimas. Todo lo que pareció comenzar como una rivalidad de partido entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado ha llegado al peor de los puertos en el momento en el que dentro de la formación azul se empezaron a sacar los trapos sucios de unos y de otros.
Esto, como tal, trajo consecuencias y Pablo Casado comenzó a perder enteros en Génova, trayendo también consigo un goteo de dimisiones dentro del entorno de Casado. Tras las dimisiones de José Luís Martínez-Almeida, que además de alcalde de Madrid, también era portavoz nacional del partido; se unen las de la presidenta del Comité Electoral, Belén Hoyo, y la diputada y responsable de la Secretaría Ejecutiva del Partido Popular en el Exterior, Ana Vázquez. Y por si fuera poco, Casado también perdió ayer a su mano derecha, el secretario general del PP, Teodoro García Egea.
Con todo esto, y tras la petición de varios integrantes autonómicos del Partido Popular de la realización de un congreso extraordinario, el fin de Pablo Casado al frente del partido parece ya un hecho.
Y más cuando hoy, miércoles, el presidente de los populares se ha despedido del Congreso de los Diputados, que ha abandonado tras recibir un aplauso en pié por parte de sus compañeros parlamentarios después de defender, ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que “la política es la defensa de los más nobles principios y valores, el respecto a los adversarios y la entrega a los compañeros”. Pese a esto, Casado no ha anunciado por el momento su dimisión, aunque parece ser inminente.
