Sandra Chuvieco Martín
La expresión “De Madrid al cielo” se vuelve real cuando subes los más de 100 metros de altura del Faro de Moncloa. Es quizás uno de los monumentos y construcciones que menos visitas reciben en Madrid, pero que este mes cumple 30 años.
Desde entonces, el faro se ha convertido en toda una atracción turística y no son pocos los que repiten la visita para ver cómo ha cambiado la ciudad madrileña en todos estos años.
También es punto de interés para cualquier turista, aunque siempre es mejor subir totalmente equipado con prismáticos, móviles, tablets o cualquier dispositivo con el que poder inmortalizar cómo de lo parte más urbanizada se pasa en un solo giro de 180 grados al verde de los pinares o el gris de las cumbres de la Sierra de Guadarrama.
Ahora, en su 30 cumpleaños, el Faro de Moncloa se presenta como una de las mejores opciones para poder ver los lugares más emblemáticos de la capital, como el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, el edificio de Telefónica en la Gran Vía o las Cuatro Torres, a vista de pájaro.