Arleth Rojas, Valentina Yusty y Paula Herrero
Baile, cante y ovejas llegan a la capital como cada año finalizando el mes de octubre en modo reivindicativo a favor del campo y del ecosistema
Este domingo 23 de octubre, el centro de Madrid se ha llenado de ovejas y cabras recorriendo sus calles, cumpliendo la vigésimo novena edición de esta cabalgata lanuda.
Esta festividad hace honor al desplazamiento del ganado desde las zonas altas destinadas a los pastos de verano, hacia las zonas bajas donde el rebaño pasa el invierno. Ese cambio de pastos se hace a través de las cañadas reales, las vías pecuarias por donde pasa el ganado trashumante.
La trashumancia data desde el siglo XV, solo que este hecho de festividad en la capital española se remonta a 1994, cuando los pastores se dirigieron hasta el congreso de los diputados exigiendo que aprobaran la ley de vías pecuarias para el aprovechamiento de recursos pastables infrautilizados entre u otras más utilidades según el BOE (Ley 3/1995). Por ello esta tradicional fiesta nace como un símbolo reivindicativo en defensa de estos caminos, como corredores ecológicos y para tener en cuenta el papel de la trashumancia y de la ganadería extensiva como herramienta de conservación de la biodiversidad. Algo que se encarga de manifestar la Asociación de Trashumancia y Naturaleza junto con otras congregaciones que miran por el medio ambiente y por las ayudas necesarias a esta profesión durante el recorrido con pancartas reivindicativas en las cuales se podía leer: “Pastoreo trashumante, para conservar la biodiversidad y enfriar nuestro planeta” o “Contra los incendios y la desertización”. Aparte de las pancartas algunos comentarios por parte de miembros de las asociaciones seguían siendo reivindicativos «Hay que defender estas costumbres y a la gente del campo, ellos nos dan de comer».
Este año el recorrido que tradicionalmente recorren, se ha visto modificado por las obras de la Puerta del Sol, por lo que el enorme rebaño ha tenido que cruzar la Playa Mayor, donde ya se veía una mayor afluencia de niños, que se acercaban al rebaño para acariciarlas convirtiéndose en pequeños pastores. El recorrido continuaba hacía canillejas para llegar a Cibeles donde había una mayor influencia de familias esperando a los animales. En estas inmediaciones el ganado ha ido aún más cerca de los espectadores puesto que no había vallas de separación. Esto ha hecho que el rebaño fuera más despacio.
Otros de los protagonistas de esta fiesta han sido los grupos regionales que han acompañado al rebaño durante todo su recorrido con cánticos reivindicativos como han sido los del grupo cántabro. También ha participado la agrupación de Surcos del Órbigo,de León, formado por un grupo de mujeres, vestidas con trajes tradicionales de su región, danzando al ritmo de castañuelas y panderetas. Y la agrupación de Burgos de Osma, mostrando sus trajes regionales. Los zuecos han sido el avió que más ha llamado la atención entre las familias que han acudido a ver el recorrido.
Cuando ya el rebaño llegaba a la plaza de Cibeles, José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de la capital salió a recibir a los pastores aceptando el tradicional pago de los 50 maravedís, en cumplimiento de la Concordia del 2 de marzo de 1418, entre los pastores y pastoras de la Mesta y los procuradores del Concejo de la Villa, a cambio de que les dejaran recorrer las calles de Madrid.
