España se estrenaba en el Mundial de Catar viéndose las caras con Costa Rica. Un partido perfecto de la absoluta, que no cedió la presión en ningún momento. Luis Enrique sorprendía ya desde inicio, al salir sin Álvaro Morata o apostar por Rodri como central. Una apuesta que hizo que España golease a su primer rival. Por su parte, Ferrán Torres se hacía con la banda izquierda para salir al ataque con rapidez.
La gran presión de España hizo que solo les costase once minutos anotar el primer gol, en el que Olmo se adelantaba a Duarte y estrenaba así el marcador. Lo cierto es que, en 10 minutos, los de Luis Enrique ya tuvieron tres ocasiones claras de gol.
El trabajo en defensa era prácticamente nulo para España. El centro del campo no cedía espacios a los costarricenses, gracias a la concentración de Gavi, el gran recuperador de balones del partido. Asimismo, Marco Asensio se mostró muy participativo en todo el juego, creando el segundo gol, en el que Keylor Navas podría haber hecho más. El balear generó varias ocasiones de peligro en la primera mitad, en muchas de ellas gracias a los buenos centros de Pedri. El jugador culé también dejaba brillantes actuaciones defensivas.
Situación totalmente distinta la que mostró Costa Rica. Pocas jugadas destacadas dejaron en la primera parte, con el central Fuller como gran protagonista. El defensa convertía la banda de Jordi Alba en su autopista personal. Los españoles no cedían terreno, a pesar de bajar la intensidad tras el tercer gol, anotado por Ferrán de penalti.
Los de Luis Enrique mostraron solidez y contundencia, algo que hasta ahora se había cuestionado. Ya en la segunda mitad, Costa Rica trataba de hacer mejoras en defensa. Navas se mostraba más contundente a la hora de salir de los palos, y los defensas también estaban mucho más concentrados. Pero poco tardaría Ferrán en romper esa solidez defensiva y anotar el cuarto.
Ante la gran ventaja mostrada en el marcador, Luis Enrique comenzaba a mover el banquillo, dando así minutos a jugadores como Nico Williams o Balde. España seguía deslumbrando y Gavi completaba la manita con un auténtico golazo tras un rechace de Morata.
España seguía sin dar opciones a Costa Rica. La desesperación era más que palpable en las caras de los aficionados costarricenses, y para colmo, la entrada de Williams revolucionó la banda derecha. Los de Luis Enrique no se conformaban con hundir la moral de Costa Rica. Unai Simón era un mero espectador, y es que no hubo ni un tiro de Costa Rica en todo el encuentro. Poco más tenía que demostrar España, pero a punto del pitido final, Soler y Morata rompían a Keylor Navas, anotando así el sexto y séptimo, respectivamente, del encuentro. Un debut histórico que será difícil de superar en el futuro.