El Principito tuvo protagonismo en los dos goles ante Inglaterra y lidera a “los bleus” hacia unas nuevas semifinales.

El Al Bayt fue testigo de uno de los encuentros más vibrantes de lo que va de Mundial. Francia e Inglaterra dieron un espectáculo total con fútbol generoso, vistoso y sobre todo ofensivo. Ninguna de las dos  selecciones se guardó nada en unos cuartos de final muy entretenidos y con mucha alternativa en el juego. 

La primera mitad arrancó con mucha igualdad. Fueron minutos de estudio y análisis por parte de ambos conjuntos. No hubo grandes ocasiones en los primeros minutos, en los que franceses e ingleses se repartían el dominio del esférico. No había un dominador claro y ambos querían el balón, aunque la idea de salir a la contra aprovechando los espacios no disgustaba a ninguna de las dos selecciones.

Fue en el minuto 16 con un gran disparo de Tchouameni cuando se rompió la igualdad. El mediocentro del Real Madrid probó con un disparo potente desde la frontal y consiguió el primer gol para el conjunto de Deschamps. Este gol rompía la igualdad y ponía la balanza favorable a la selección francesa. El partido no cambió su guión tras el gol y la igualdad sobre el terreno de juego era la tónica general. 

Harry Kane se mostró muy activo durante esta primera parte y eso era una gran noticia para los Three Lions. El delantero del Tottenham dispuso de alguna ocasión de gol y conseguía buscar las cosquillas a la zaga bleu. La primera parte llegaría a su fin dejando constancia en el Al Bayt del nivel de estas dos selecciones sin duda claras candidatas para alzarse con la corona del fútbol mundial.

Inglaterra dio un paso al frente en la segunda mitad. La necesidad del empate espoleó a los pupilos de Southgate y llevó a Francia a defender las acometidas inglesas. Francia se sentía cómoda siendo dominada y aprovechaba las transiciones para tratar de hacer daño a la zaga inglesa. En el minuto 53 Harry Kane ponía el empate desde los once metros rubricando de esta manera su gran partido liderando el ataque de los Three Lions. 

Las hostilidades se desataron en el ecuador de esta segunda parte. Ambas selecciones se lanzaron a por la victoria y el partido cogió un ritmo frenético con transiciones muy rápidas en defensa y en ataque de ambos combinados. Las ocasiones y jugadas de ataque se sucedían y ambos equipos parecían no estar de acuerdo con jugar treinta minutos más. El toma y daca ponía de pie a un Al Bayt que rugía con cada aproximación y cada ocasión. 

Giroud ya avisaba hasta que su gol llegó tras un centro con música de Antoine Griezmann en el minuto 77. Francia se volvía a poner por delante y a Inglaterra le tocaba volver a remar. Francia no estaba sabiendo como hacer daños a la zaga inglesa y el gol fue balsámico para los bleus que gestionaron de maravilla la ventaja en el marcador. El equipo dirigido por Deschamps defendía sin problemas el intento de reacción inglesa. El momento de mayor estrés llegó con el penalti de Theo a Mount que por suerte para los franceses Kane envió a las nubes.

Francia baila al son de Griezmann y ya son flamantes semifinalistas de esta Copa del Mundo. Inglaterra no consiguió poner en aprietos a les bleus tras el 1-2 y ponen fin a su andadura en Catar.