Murcia y Alicante bajaron del atril a Mariano Rajoy. Cercanas las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, el PP ha rediseñado su estrategia política con el objetivo de acercar al presidente del Gobierno a los ciudadanos, como cuando lideraba la oposición.
Allanándose el camino, el jefe del Ejecutivo tiene previsto aprobar a mediados de mayo, en plena campaña electoral, el Plan de Familia, con el que intenta hacerle un guiño a su electorado más conservador, disgustado por su cambio de posición sobre el tema del aborto, a decir de la prensa, que ha recogido de fuentes próximas al Gobierno las inconformidades de un sector específico del PP. No obstante, y pese a los dimes y diretes, Rajoy buscará ser reelecto a la presidencia en las próximas generales de noviembre. Está convencido de que el PP aún puede ganar.
A menos de un mes para el desarrollo de los sufragios, el PP intenta que Rajoy pula su discurso. Que aborde con mano dura temas como la corrupción y la economía. El cambio impuesto en la filosofía de la campaña coincide con los esfuerzos de La Moncloa para mejorar su comunicación. Asignatura pendiente en el gabinete de Mariano Rajoy desde hace meses, según la corresponsal política de El Mundo, Marisol Hernández.
El periodista de El País, Javier Casqueiro, explica que para los barones populares ganar significa sacar más votos que los demás. Con aquella teorizada victoria, aunque sea mínima la diferencia, sostienen que los demás partidos “saltarían de alegría”.
Al margen de las irrupciones de Podemos y Ciudadanos en el congreso, que aminoraría la representatividad del PP en la cámara baja, cabría otra posibilidad para que el PP se replantease el relevo del máximo dirigente popular de cara a las generales: que los azulones no lograsen repetir gobiernos ni en Madrid ni en la comunidad valenciana después del 24-M.
Reeditar el triunfo en Murcia, Baleares, Extremadura y Cantabria está igual de complicado que en las grandes ciudades. El PP, a decir de los recientes sondeos, sólo contempla, por ahora, victorias -más o menos clara- en La Rioja y en Castilla y León.
Por Daniel Chanona.
