Alberto Contador estrenó su cuentakilómetros para la nueva temporada ciclista en la Vuelta al Algarve, una carrera por etapas que se disputó la semana pasada en Portugal. El corredor madrileño, al igual que varias estrellas del ciclismo actual, utilizó esta ronda portuguesa para continuar con su su particular puesta a punto para los grandes desafíos del año, los que tienen que ver con la Vuelta a España y el Tour de Francia, que volverán a ser el gran objetivo del pinteño para esta campaña.

En Portugal, Contador se impuso en la cuarta etapa de la prueba, la que unía  entre Almodóvar con el Alto do Malhao, con una empinada subida final de más de dos kilómetros en la que el español del equipo Tinkoff no dudó en atacar. La victoria no le sirvió para vencer una clasificación general que se llevó precisamente en el campeón del Tour de Francia del año pasado, el británico Chris Froome, del Sky, quien también eligió Portugal para dar el pistoletazo de salida a su temporada.

Al término de la Vuelta al Algarve, Contador reconocía que en estos momentos se encuentra un peldaño por debajo de Froome en lo que a preparación física se refiere: «Desde el primer momento transmitía grandísima confianza en sí mismo y en su estado de forma. Ha estado, no sé exactamente, como dos meses en Sudáfrica y entrenando en altitud. Seguramente estará muy, muy fino, en gran momento de forma». El ciclista español, además, analizó cómo ha planteado su entrenamiento para los retos del verano: «Tras unos seis días de tranquilidad espero poder entrenarme otros tantos en puertos largos. No como preparación para la Tirreno-Adriático (carrera en la que participará el próximo mes), porque los puertos largos no serán cruciales allí, sino para acumular más base que me ayude en el Tour y la Vuelta«.

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