Sexto trofeo en Melbourne. Novak Djokovic agiganta sus pasos e inscribe su firma en ese selecto grupo de las leyendas. El serbio venció a Andy Murray por 6-1, 7-5 y 7-6 (7-3) por la final del Open de Australia, en 2 horas y 53 minutos, e igualó los 11 ‘Grand Slam’ de los históricos Rod Laver y Björn Borg.

«Es un honor ser nombrado junto con leyendas como ellas. Jugar enfrente de ellos es muy especial también», dijo el campeón durante la ceremonia de premiación.

El número uno del mundo volvió a dar muestra de su brillantez y coraje para pasar por encima a un Murray que pagó caro su errático inicio; en el segundo set, lo sorprendió cual fiera que espera el momento justo para dar el zarpazo; y en el tercero, manejó los hilos del partido hasta que supo encontrar el momento oportuno de cerrar la función.

Nole ya es hexacampeón en Australia, la misma cifra que Roy Emerson. Y como si ello fuera poco, para él no lo es, tiene puesta la mira en sus siguientes ‘víctimas’: en los 12 de Emerson, los 14 de Pete Sampras y Rafael Nadal; aunque el dardo final lo reserva para los 17 de Roger Federer.

Y precisamente el suizo, quien pareciera ser el único capaz de frenarle, no ha encontrado cómo. Mucho menos Nadal. Menos Murray tras esta derrota. Djokovic parece no tener techo y va encaminado a continuar agrandando su fortaleza.

Mariano Nogales (@Nogales1993)
Luis Miranda (@mirandavluis)